De día, la Plaza San Martín es atravesada por miles de personas que van de acá para allá. Basta sentarse en un banquito a ver la gente pasar al trabajo, a la facultad, al negocio, a la parada del colectivo, a los bancos o a hacer algún trámite.
Lo que no es recomendable es sentarse en un banquito cuando llega la noche, porque cuando el sol se esconde la Plaza es invadida por ratas gigantes que dan miedo.
No es exageración: el siguiente video es prueba irrefutable.
Recomendación: en caso de visitar la Plaza de noche, llevar arpones para sobrevivir.