La Cámara Octava del Crimen de Córdoba, integrada con jurados populares, condenó a prisión perpetua a una mujer acusada del crimen de su novio, ocurrido a fines de noviembre de 2015 en la localidad de La Para, ubicada a 150 kilómetros al noreste de la capital provincial.
Según la sentencia, Noemí Baldini (51) le disparó en dos oportunidades a Miguel Ángel Loza (43), tras la decisión de éste de terminar con la relación, y uno de los impactos dieron en la cabeza del hombre.
El fiscal de Cámara, Marcelo Almirón, indicó que "fue directamente a matarlo y es, en definitiva, a lo que el tribunal hizo lugar, con la integración con jurado popular y el fallo fue por unanimidad".
La pena, por el delito de homicidio agravado por el vínculo, coincide con el pedido efectuado por el fiscal durante su alegato, en el cual derribó la coartada esgrimida por la mujer de que el crimen se debió a un "pacto suicida".
Además, la lectura del veredicto estableció la necesidad de que la condenada realice tratamiento psicológico y psiquiátrico. Durante el debate, Almirón probó que, lejos de tratarse de un pacto suicida, la mujer tuvo intención de matar a Loza, quien días antes había decidido terminar con la relación.
En tanto, la defensa de Baldini había solicitado la absolución por la duda o, subsidiariamente, que el crimen sea encuadrado como un homicidio simple, pero no se hizo lugar. La mujer aseveró que ambos acordaron un pacto suicida, aunque ella tuvo la "mala suerte" de que la bala no le quitó la vida. El fiscal Cristian Griffi primero y Almirón después, se inclinaron para otro lado: según ellos, la mujer acordó buscar a Loza y, una vez que estacionó el vehículo, sacó su arma y lo mató; probablemente luego quiso suicidarse, pero no lo logró.
Fue así que, una vez con el alta médica, la mujer fue trasladada desde la cama del Hospital de Urgencias hacia el penal de Bouwer donde ahora cumplirá de manera definitiva la condena.
En relación al hecho, el hijo de la víctima relató que recibió una noche un mensaje del celular del padre que lo llamaba a un encuentro en la ruta del pueblo.
Al llegar en su moto, estacionó en la banquina junto al Ford Ka de Loza, en cuyo interior el hombre estaba sentado junto a Baldini.
Allí, el joven advirtió que su padre tenía dos disparos de bala, uno de ellos en la cabeza. Según relató en el debate, la mujer intentó dispararle a él cuando se iba, pero la bala no salió, y cuando llegó al pueblo, de 3.000 habitantes, pudo dar aviso a la policía.