Por Jorge Nahúm
A 12 pasos. Así de cerca estuvo Sebastián Montivero del ascenso al Federal A, en aquella final que Racing perdió con Tiro Federal en Nueva Italia en 2015, por penales.
A China. Así de lejos debió irse el Sapito Montivero, para sostener su vocación de técnico de fútbol.
Después de su salida de la Academia, el DT esperó ofertas y lo más tentadora le llegó del otro lado del mundo. Hace un año a través de Atilio Oyola, un histórico de Racing, le surgió el ofrecimiento para dirigir en China. Pasaron 12 meses para que al fin abordara el avión con ese destino remoto. Y ya se embarcó en una aventura que jamás hubiera imaginado.
“Salimos el sábado pasado a las 9 de Ezeiza a Frankfort y fueron 13 horas. De Alemania a Beijing, otras 11 horas más. Allí hicimos noche, una ciudad hermosa, donde hay tres chinos por baldosa”, recorrió el Sapito con su chispa cordobesa.
“De Beijing a la ciudad en la que estamos son 2.000 kilómetros más. Dos horas en avión y una en tren bala. Estamos en el condado de X’ian, que abarca ciudades importantes como Yan’an. El martes firmamos el contrato. Debemos buscar talentos y armar la Selección Sub 18 de la región. Coordinar y dar cursos de capacitación todo el tiempo a profesores y entrenadores locales, en cada ciudad y pueblo del distrito”, explicó.
"El proyecto es de tres a cinco años y están muy ilusionados. Apuestan por el fútbol. Esto empezó en 2003 y los lugares de entrenamiento al principio eran como potreros. Ahora en los colegios hay microestadios con campos de césped sintético y vienen técnicos de todo el mundo para capacitaciones. El poderío económico les permite ese desarrollo", recapituló.
Montivero destacó el rol de Oyola para esta posibilidad en el Gigante Asiático. “Atilio está en una ciudad a 800 kilómetros de donde estoy yo. Hizo muy bien las cosas y le pidieron que recomendara más técnicos argentinos, y pensó en mí y en el profe Manuel León, que me acompaña. También fue muy importante la empresa Tangonomics, de Luz Capdevila y Germán Kammerath. Ellos se encargaron de canalizar nuestros currículum y todo el tramiterío”, detalló.
TODAS FLORES. La presentación de Sebastián Montivero fue con acto protocolar, a cargo de funcionarios estatales. “Hubo ministros, también el director de la Universidad local. Nos trataron de maravilla, saben que hicimos un enorme esfuerzo en venir y lo valoran. Además, son todos elogios para el fútbol argentino”, aseguró el Sapito.
Y lo graficó: "En la bienvenida, un ministro habló como 15 minutos de Maradona. Todos recuerdan el gol con la mano a los ingleses. Como también tienen muy fresco el título de 1978, a Kempes, y que lloraron cuando perdimos la final de 1990 con Alemania. Acá es Maradona y Messi. Lo de Tevez es más reciente, pero sentimos el cariño por el sólo hecho de ser argentinos. Nos ven la pinta y se nos arriman en la calle para sacarse una foto, para saludarnos… En la presentación hasta nos dieron un ramo de flores".
El Sapito ya mantuvo el primer contacto con los nuevos discípulos chinos, para iniciar el desafío de formar una selección de calidad partiendo de la cantidad. “El primer diagnóstico fue bueno. ‘Mister couch’ me dicen. Ya le dimos los primeros conceptos a los profes y hay mucha predisposición para aprender. Quieren que el fútbol sea algo realmente importante para ellos. Sinceramente nunca pensé que iba a estar aquí, ahora debemos adaptarnos y cumplir con los objetivos. Estamos felices de tratar de enseñar lo que sabemos, y de saber que vamos a aprender cada día también”.
Chino básico. Un puñado de días que lleva en China, Sebastián Montivero confirmó que la adaptación será una proeza. El cambio horario, con 11 horas de diferencia comparando con la Argentina, es la primera barrera.
“A la una o dos de la mañana ya estoy despierto, y a las 6.30 ya todo el mundo está levantado. Por ahora estamos en un hotel, uno de cinco estrellas que es un lujo. Pero es difícil acostumbrarse, estamos haciendo un esfuerzo grande”, afirmó el Sapito.
El idioma aparece como el otro escollo insalvable. “No podemos dar un paso sin la traductora. Nos llevan para todos lados en una camioneta y nos va explicando cada cosa. Se llama Wang Nisa pero le pusimos Melisa, je. Para ella también es una experiencia nueva, así que le tenemos que hablar pausado para que nos entienda. En la televisión todos los canales son en chino. De casualidad pescamos un canal deportivo y vemos partidos. Y no hay Facebook”, describió.
A la hora de comer, también es otro mundo. “Muchas verduras y sopa, pero aromatizadas con salsas picantes. A las 19 es la cena. De comer con palitos ni hablar. Es más difícil que salir con Pampita”, aplicó el humor cordobés. Aquí y en la China.