Desde tiempos remotos, la miel es uno de los productos más atractivos en el ámbito de la cocina. Utilizada como endulzante o para "esponjar" masas y darle un tono dorado a los panificados, es una fuente de energía rápidamente disponible por su composición de azúcares. Pero además, por sus beneficios, uno de los grandes aliados de la industria cosmética.
Presente en cremas regeneradoras, protectores solares, shampoo, jabones o emulsiones, sus propiedades nutritivas, exfoliantes o cicatrizantes, la convierten en uno de los ingredientes "estrella" en este tipo de productos.
Acción limpiadora
Es un ingrediente ideal para lavar la piel en profundidad y eliminar toxinas. Un excelente exfoliante natural que ayuda a una limpieza profunda, eliminando asperezas, suavizando y revitalizando la dermis.
Nutrición y elasticidad
Proporciona elasticidad a las pieles más secas, nutre los tejidos en profundidad y absorbe las secreciones cutáneas.
Antiarrugas
Por su alto contenido de antioxidantes y su gran aporte de vitaminas C, B y A, es eficaz para mantener la piel firme y tersa por más tiempo. Ayuda a combatir los radicales libres y a evitar la oxidación del cutis.
Antiacné
La miel también es efectiva en este tipo de tratamientos porque reduce las impurezas.
Cicatrizante
Su concentración de aminoácidos facilita la regeneración celular y actúa como renovador epitelial. Es recomendable en tratamiento para pieles sensibles.
Hidratación extrema
Un mix de minerales y vitaminas que contiene fósforo, magnesio, calcio, hierro, sodio, potasio, vitamina C, vitamina B1, vitamina B2 y vitamina B6 permiten mantener la piel humectada y conservar su elasticidad natural.
¿Sabías?
La miel argentina es considerada una de las mejores del mundo por su calidad, pero solamente el 5% de este producto se vende en el mercado interno. La cantidad consumida por persona y años es de, apenas, 200 gramos.
Argentina compite con China por ser el primer exportador mundial. El 95% de la producción de este producto natural de alta calidad lo disfrutan los habitantes de países como Estados Unidos, Alemania y Japón.
En la Argentina, actualmente, unos 25 mil productores apícolas, de los cuales el 97% tiene menos de 500 colmenas, trabajan con alrededor de tres millones de colmenas.
La cadena apícola sostiene económicamente a casi 100 mil personas y representa una de las principales actividades para la agricultura familiar y las economías regionales.
