El abril que pasó fue el más picante. El monitoreo aédico que realiza el Ministerio de Salud provincial detectó larvas en el 21 por ciento de los domicilios. Es el índice mensual más elevado de los últimos años.
Según los datos oficiales, el índice del mes pasado superó el de los años anteriores. En abril del 2012, por caso, se encontró el mosquito en el 7,3 por ciento de las viviendas. Y a partir de ese momento, la curva comenzó a crecer prácticamente sin interrupciones.
Llegó al 9,2 por ciento en abril del 2013 y continuó de esta manera: 9,2 por ciento en 2013, 3,3 por ciento en 2014, 18,7 en 2015, 12,7 por ciento en 2016 y 21 por ciento en el mes pasado.
“Los métodos de control existen, el conocimiento está pero falta la decisión política y social de los individuos por hacer algo”, indicó Adrián Díaz, especialista en virus transmitidos por mosquitos del Instituto de Virología José Vanella de la Universidad Nacional de Córdoba.
Díaz advirtió que la población sigue sin hacerse cargo de la responsabilidad de eliminar los reservorios. Y los estados no aplican efectivamente los métodos de control de plagas.
“Todos los años se inventan insecticidas nuevos porque los efectores de salud no hacen bien las cosas. La Organización Mundial de la Salud recomienda fumigar recién cuando el virus circula localmente. Pero acá se aplican en cualquier momento. Tampoco sirve que fumiguen por la calle sin que los vecinos abran la puerta”, agregó.
El problema de fumigar mal y en épocas equivocadas genera resistencia los mosquitos. El invierno es el mejor momento para controlar las plagas, a través del descacharrado, porque entonces sólo debemos ocuparnos de eliminar los huevos que quedan pegados en las paredes de los reservorios con agua. En calor hay que eliminar mosquitos adultos y larvas.
Fuentes del Ministerio de Salud provincial indicaron que los operativos de prevención comenzaron el año pasado antes. En octubre arrancó el trabajo con los estudiantes de la UNC y continuó con los brigadistas de Epidemiología.
