La ciudad de Colón goza de estar en la Fase 5 del aislamiento social impuesto por la pandemia, y digo ´goza´ porque hay ciertos beneficios que quienes residen en ciudades con brotes de contagios, aún no tienen. En este momento la ciudad registra solo un caso activo, recordando que en total fueron 53 los positivos.
Ahora bien, cuando hablamos de privilegios queremos hacer mención a las diversas actividades a las cuales puede acceder la sociedad y la contradicción que se genera con los cuidados frente a la pandemia. El eje central de la cuestión está en las personas mayores, a quienes desde un principio nos hicieron entender que había que cuidar.
"El Rincón de Los Nonos", como se llama el lugar que tienen los adultos mayores en el "Parque Quiros" de Colón, hoy disfruta de poder recibirlos y de que nuestros abuelos participen todos los días de encuentros de tejo y golf croquet; en grupos reducidos, con barbijos y con distanciamiento como protocolo.
Pero la contradicción se genera en que los niños y adolescentes no pueden volver a sus actividades habituales ni siquiera con protocolos. Los clubes, por ejemplo, solo pudieron abrir sus puertas para ofrecer el servicio de los gimnasios, mientras que las canchas de Fútbol 5 volvieron el lunes pasado al ruedo, después de más de cuatro meses de inactividad, en formato metegol. En tanto que desde el básquet se hizo la presentación de un protocolo para la reanudación de los entrenamientos, pero aún no hubo respuestas.
Lo cierto e ilógico es que los abuelos colonenses que deberían cuidarse y realizar solamente las actividades esenciales, claro aprovechan este beneficio. Sin embargo no hay alguien que piense en la salud física y mental de los niños quienes también necesitan volver a sus actividades rutinarias.
Poco hay en concreto frente a esta temática que desde hace un tiempo se ha instalado bajo el silencio de la población colonense. Mientras tanto los niños aguardan por el regreso a las canchas y lugares de trabajo.