Otro caso más de violencia de género conmovió a la Provincia de Córdoba, precisamente el jueves 25 en la localidad de Tanti, el policía Cristian Molina disparó a su pareja, dejándole una grave herida. Luego de lastimarla, la trasladó a un dispensario y huyó.
Molina más tarde fue detenido, y afortunadamente, la mujer sobrevivió para poder contar su historia. Este lunes, la señora recibió el alta médica y dialogó con Arriba Córdoba: “Agradecida porque puedo hablar y estoy viva. La idea de él era asegurarme la muerte, pero yo siempre le decía que el Dios que tengo iba a estar de mi lado”, manifestó.
En el estremecedor relato la mujer cuenta: “después de la discusión que tuvimos, él me dijo ‘vamos a ver qué hace tu Dios, si te va a salvar o no’. Fue una discusión sobre dinero, él quería plata. Abrimos el miércoles una rotisería y no se vendió nada, el jueves tampoco, y eso lo enloqueció”, expresó.
Según pudo explicar, todo empezó cuando su hijo de 8 años estaba jugando en el piso…. “Lo retó y le dijo ‘levantate que no sos un animal’ de mala manera. Justo estaba mi hija y vio esa situación. Como ella ya había presenciado otras situaciones de violencia verbal hacia mí, me dice ‘yo me lo llevo’”.
“Ellos se fueron, yo me enojé y le dije ‘cerramos el negocio’. Cuando quise subir el auto me dijo que no y bajo la lluvia me vine caminando. Cuando llegué la puerta estaba cerrada con llave. Insistí hasta que me abrió enojado, entré y le dije que juntara todas sus cosas y se fuera, que yo no quería seguir viviendo con él”, continuó.
El ataque
Cuando ingresaron a la vivienda, la agresión se volvió aún más grave. “Cuando voy a la pieza, él entra, cierra la puerta y me empieza a decir de todo. Me trataba de india, de negra, lo más bajo que pueda decirse a una persona”, reveló.
Y agregó: “Sacó sus partes íntimas, se puso a hacer pis en la taza y me tiró dos veces pis en la cara. Eso me hizo sentir muy mal. Me enojé, lo empujé para que me dejara salir y me tiró en la cama. No me pegó pero me apretaba con bronca”.
Para calmarlo, ella le decía que “no era nada sin él”, sin embargo, el sargento Molina agarró el arma que tenía arriba del ropero, le apuntó a la cabeza y gatilló dos veces. “Me apuntó a la frente, tendrían que haber salido dos tiros pero no salieron. Después me agarró del cuello fuerte y me puso el revólver en donde tengo la entrada de la bala, y me pegó el tiro”, indicó la víctima.
Como pudo, la mujer intentó huir de la casa, pero el hombre la subió por la fuerza a su auto. “Abrí la puerta del auto para tirarme, tenía miedo de morirme desangrada. Y me agarró muy fuerte del brazo. Me decía ‘yo te amo, no quiero que te mueras’ y encaró para el dispensario. Había muchas mujeres y yo empecé a gritar ‘me pegó un tiro, me quiere matar’. Él subió al auto y se fue, fue la última vez que lo vi”, concluyó..
Por último, la mujer baleada dejó un mensaje para otras personas que estén atravesando una situación de violencia de género: “Hoy puedo estar viva y decir ‘no permitan ni siquiera que les levanten la voz’’'. Y advirtió que no hay que quedarse cayada.
Si sufrís violencia de género comunicate al 144 las 24 horas.