Cristian Abratte y Gabriela Barroso, dos vecinos de Villa Carlos Paz que viven junto a sus tres hijos, Camilo de 18 años, Martina de 14, e Isaías que tiene tan sólo 4 añitos y que desde hace poco más de dos años y medio, son parte de una iniciativa que comenzó como una ayuda a la hora de la merienda para unas 70 familias, y continuó siendo uno de esos pilares esenciales para muchas familias.
"¡Hemos hecho milagro! Hemos pedido asistir a todas las familias en plena cuarentena. Que de 67 que teníamos, hoy estamos arriba de 120 familias (...) Estamos muy contentos con el resultado diario, que con mucho esfuerzo llevamos adelante y gracias al aporte de muchos que no nos dejaron solos", nos comenta Cristian en diálogo con VíaCarlosPaz.
Una familia que asiste de manera permanente y con el simple hecho de encontrar en el otro esa sonrisa y esas "panzas calientes", llenas de alimentos saludables, comidas sustanciosas, y todo elaborado por ellos mismos.
Cientos de personas que en un principio eran de los barrios conocidos en Carlos Paz como La Vizcachera, y que en la actualidad ya cuentan con familias de los barrios Alto San Pedro, Barrio Gris, Colinas, "La boca del lobo"; de La Quinta, de El Zanjón, El Fantasio, también de la localidad vecina de Icho Cruz, es decir, "¡gente de todos lados!", exclama Cristian quien agrega: "Gloria a Dios, siempre hemos tenido para una cena o para un almuerzo. Tratando de ayudar como podemos".
Pero fueron estos setenta días de confinamiento los que definitivamente los pusieron a prueba, y los que de algún modo resumen esa labor incansable: "Podemos asistir el hambre, el hambre de la gente que te envía mensajes diciendo 'hoy no almorcé', u otros que dicen 'anoche los chicos no cenaron', y siempre hemos podido conseguir", nos asegura Abratte quien comparte su vida con Gabriela, "el amor de su vida" y a quien cuida más que nunca tras un arduo tratamiento oncológico.
"Ella hoy está bien, el otro día fuimos al médico y nos dijo que estaba sana, y eso para mí ya es todo, ya Dios nos está devolviendo todo el esfuerzo diario (...) Debemos tres boletas de luz y dos de gas. Nos cuesta mucho seguir adelante, cocinamos en una cocina de tres hornallas y nos levantamos temprano para terminar a tiempo para que esas familias tengan una cena en sus casas. De la mano de Dios, como siempre digo", continúa diciendo Cristian.
Gracias al aporte de personas anónimas, de comerciantes, de industrias y negocios de diferentes rubros, además de las acciones que realizan para recaudar fondos, como venta de pre-pizzas, que también lo hicieron en plena cuarentena, es que esta familia carlospacense puede juntar dinero, insumos, alimentos, prendas de vestir, calzados, golosinas, y hasta juguetes para los más pequeños de la casa a modo de ese mimo que siempre se necesita.
"Cristian y Gabi no lo podrían hacer si no fuese Dios quien nos da la fortaleza, nos da el entendimiento, y cada vez que yo he pedido a amigos porque no he llegado, han estado. La gente de Carlos Paz es muy solidaria con nosotros y uno tiene lo que ha sembrado", se explaya Abratte quien recuerda los inicios de la Fundación como un proyecto pequeño y que hoy, dos años y medios después, trasciende localidades y hasta una participación pasajera en uno de los programas más vistos del país, el segmento "Bailando por un Sueño" el pasado 2019, sin llegar a la final pero contentos de que su labor se conociera a nivel nacional.
"En tiempos de pandemia, la gente nos siguió apoyando y no nos dejó solos. ¿Cuesta? Sí, sí por la cantidad de demanda que hay, pero seguimos luchando y esperamos que esto se termine pronto para seguir haciendo lo que nos gusta, que es ayudar a aquel que más necesita o que menos tiene, y recordar siempre que debajo de uno, siempre hay necesidad", completa Cristian quien junto a su mujer Gabriela y sus tres hijos, comparten esta gran labor incansable y que ni la cuarentena los hizo mermar, y mucho menos, bajar los brazos.