Los tres policías de la Ciudad detenidos por el homicidio de Lucas González, el adolescente de 17 años baleado el pasado miércoles en el barrio porteño de Barracas, comenzaron a ser indagados este lunes mañana por los fiscales a cargo de la investigación.
Dos de los tres policías de la ciudad acusados del crimen admitieron haber disparado sus armas contra el auto en el que la víctima iba con tres amigos por el barrio porteño de Barracas, durante las declaraciones indagatorias en las que se quebraron y lloraron en varias oportunidades.
Los acusados dijeron haberse bajado del auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4 al grito de “policía” y con los chalecos identificatorios puestos, y que también hicieron sonar la sirena, aunque no encendieron las luces azules del rodado porque no funcionaban.
Los fiscales que investigan el crimen de Lucas González pidieron agravar la acusación contra los tres policías de la Ciudad detenidos por el hecho, al considerar que también deben ser imputados por la tentativa de homicidio de los otros tres adolescentes y la privación ilegítima de la libertad de todos ellos.
Los tres efectivos se presentaron este sábado ante la Justicia y quedaron formalmente detenidos.
Se trata del el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nieva, quienes se desempeñaban en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad y se presentaron esta tarde luego de que el juez Martín Carlos Del Viso firmó las órdenes de detención.
Cómo avanza la causa del asesinato de Lucas González
La detención de los oficiales se dio después de que esta mañana los fiscales solicitaran su detención.
Los tres quedaron acusados del delito de “homicidio agravado por haber sido perpetrado por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones”, el cual prevé la pena de prisión perpetua en un futuro juicio oral.
El pedido fue firmado anoche por los fiscales Leonel Gómez Barbella, a cargo de la fiscalía nacional en lo Criminal y Correccional 32, y el fiscal Andrés Heim, a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). El juez Martín Carlos Del Viso había delegado en ellos la instrucción de la causa.
“En solo cinco horas se solicitó una batería de medidas y se pidió la detención de los tres policías”, dijo a Télam una fuente judicial, que confió que ahora el juez Del Viso debe avalar lo solicitado por el fiscal.
Además, los fiscales pidieron que se dicte el secreto de sumario y rechazaron las eximiciones de prisión que habían solicitado los tres policías involucrados a través de su abogado, Alfredo Oliván.
Para rechazar ese planteo, el fiscal Gómez Barbella y el fiscal Heim consideraron que los imputados “tergiversaron los hechos al momento de informarlos a la autoridad judicial para mejorar su situación procesal, circunstancia que daría cuenta no solo de su voluntad de sustraerse del proceso penal que se le sigue, sino también entorpecer la investigación”.
También, entendieron que, estando en libertad, los policías podrían “amedrentar y hostigar a testigos y familiares, mas aún conociendo los pormenores de un proceso penal por la función propia”.
“Cabe destacar que este riesgo se torna especialmente grave en investigaciones vinculadas a delitos como los que nos convocan, en los cuales no pueden descartarse que, por su entidad, haya causado repercusiones psíquicas en las víctimas, que impacten negativamente sobre su voluntad de colaborar y testimoniar en el marco de la investigación, en caso de que la libertad de los imputados no sea restringida de momento”, señalaron.
Con información de Télam.