Los cinco sindicatos docentes con representación nacional le reclamaron al Gobierno un aumento salarial anual superior al 30% para ganarle a la inflación y también expresaron su descontento por casos positivos de coronavirus en la vuelta a las clases.
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, aseguró que los gremios docentes no sólo pidieron una suba salarial en el marco de la negociación paritaria sino también una mejora del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) que es de 1.210 pesos mensuales por cargo.
Si bien la negociación quedó en cuarto intermedio hasta la semana que viene, la discusión gira en torno una condición: salarios por encima de la inflación de este año para que haya consenso.
A eso se le suma que la canasta básica aumentó un 4,2% en enero y una familia tipo necesitó $56.459 para no ser pobre, mientras que se requirieron $23.722 para no caer en la indigencia. En ese sentido, Sergio Romero, titular nacional de la Unión Docentes Argentinos (UDA) y secretario de Políticas Educativas de la CGT, sostuvo que “se impone que los docentes de todo el país emerjan de la línea de pobreza e indigencia en la que actualmente viven” y remarcó que será imprescindible duplicar el actual salario inicial de $27.500.
Otro de los que opinó sobre las negociaciones fue el secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel, quien indicó que también plantearon como condición una cláusula de revisión por si la inflación es más alta que la paritaria acordada. “Quizás podemos hacer una paritaria más corta en lugar de anual”, deslizó.
A su vez, también se refirió al encuentro que los representantes sindicales tuvieron con el presidente Alberto Fernández, a quien le manifestaron la necesidad de que prioricen a los docentes en el programa de vacunación contra el Covid-19. Es que, por fuera de los salarios, otro de los temas puestos sobre la mesa fue la vuelta a la presencialidad.
El regreso a las aulas y casos positivos
La vuelta a las clases presenciales también trajo cola y Baradel fue uno de los tantos que apuntó contra la estrategia porteña. “No hay que exponer ni a los chicos ni a los docentes a situaciones de contagio porque creo que se apresuraron en el regreso presencial en la Ciudad de Buenos Aires”, manifestó.
El estado de las escuelas es otro motivo de descontento, teniendo en cuenta que desde el Gobierno porteño argumentaron que no pudieron hacer obras porque les quitaron un punto de coparticipación. Pero Baradel remarcó que “el presupuesto de educación de la Ciudad ha caído todos los años y hubo improvisaciones en los protocolos de CABA”.
Y el reclamo se agrava por lo sucedido en territorio porteño, donde al menos 38 docentes dieron positivo de coronavirus. Pero la situación va más allá, debido a que la Unión de Trabajadores de la educación (UTE) denunció que a algunas escuelas las obligaron a abrir sus puertas, pese a los casos de Covid-19.
“Hay amenazas de retirar las vacantes para los padres que no envían a los chicos al colegio, cuando sabemos lo que cuesta en el nivel inicial conseguir un vacante”, avisó la secretaria de Nivel Inicial del sindicato, María José Gutiérrez.
Mientras tanto, las clases transcurren con los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias, que contempla el distanciamiento social, la desinfección, el uso de alcohol en gel, la ventilación de los espacios cerrados y el lavado frecuente de manos.
Por la corresponsalía en Buenos Aires.