El Papa Francisco abrió un canal de tratativas con el régimen talibán a través del presidente turco Erdogan, según sostuvo este domingo el diario romano “Il Tempo”, con el fin de crear corredores humanitarios para los prófugos de Afganistán.
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Desde que Kabul, capital del país sumergido en el caos, cayó en manos de los talibanes el pasado domingo 15 de agosto, las imágenes de las multitudes y el descontrol impresionaron al mundo y generaron una alerta por la seguridad de sus habitantes.
Veinte años después de que Estados Unidos echara del poder al régimen talibán e instalara un gobierno acorde con sus intereses, el movimiento afgano dio vuelta la situación y venció a los norteamericanos, que están pasando por su segunda derrota luego de Vietnam, tomando el completo control de la ciudad.
Luigi Bisignani, periodista del diario conservador de Roma “Il Tempo”, escribió en un artículo titulado “Prueba el Papa” que “Kabul puede convertirse en un infierno”. “Sólo una iniciativa impulsada desde la Secretaría de Estado del Vaticano podría ser de milagrosa ayuda”, dijo también.
Además, destaca que se trata de un momento particularmente difícil por la alerta de “riesgo alto” que corre en Italia, que anuncia una nueva oleada de inmigración con “peligro terrorista”. En los últimos días, el nivel de riesgo fue elevado de tres a cinco.
Según indicó Bisignani, el país podría salvarse de sufrir un atentado “porque se ha abierto inesperadamente un canal reservado entre la Santa Sede y los talibanes para crear un real corredor humanitario”. “Lo que Europa no ha podido organizar”, agregó.
Además, señaló que existe una triangulación que une al Papa Francisco con el presidente de Turquía, Erdogan, quien fue su conexión con el régimen talibán.