Después de la gran polémica que se armó luego de que lanzara un "casting" para buscar niñeras para su hijo, Vicky Xipolitakis abrió las puertas de su exclusivo piso de Recoleta para mostrar cómo espera la llegada de Salvador Uriel, fruto de su relación con Javier Naselli.
"Mi prioridad absoluta hoy es mi bebé. ¡A tal punto que se lo comió a mi ego! Desde hace 7 meses sólo vivo por y para él. Apenas me enteré que estaba embarazada comencé a comprar de todo para Salvador. Por eso ya le pude armar su habitación tal y como siempre la soñé. Como en Nueva York tengo mucho tiempo libre mientras Javier trabaja, yo salgo a hacer compras y buscar todas las novedades que salen para bebés. ¡Para él le compré todo lo mejor! Hasta su trajecito con chaleco blanco, camisa y moño para el bautismo ya me lo mandaron de una casa especial de Europa. ¡Es soñado! Porque a mi hijo le voy a poner siempre lo mejor", le cuenta a Caras la griega, mientras abre las puertas de la habitación del pequeño.
"¡Siento que ya, desde la panza, lo estoy malcriando! Le compré ropa muy canchera, de las mejores marcas, con jeans, camisitas, moños y zapatitos haciendo juego. Todo muy divertido porque lo aburrido me cansa", exclama Vicky.
Sobre su primer Día de la Madre con su bebé en la panza cuenta: "Aunque voy a estar en Nueva York porque allá tengo mi último control con el Dr. Tepper y debo terminar de decorar el cuarto de Salvador en el departamento y en la casa de los Hamptons, igual lo voy a festejar porque con Javier estamos viviendo los momentos más felices de nuestras vidas. Y todo lo que experimentamos somos conscientes que nos va a quedar en el corazón por el resto de nuestras vidas".
Con respecto al susto que pasó hace unos meses tras quedar en observación en una clínica, reveló: "Me siento muy bien. Gracias a Dios tuve un embarazo hermoso. Aunque a partir de los seis meses me siento un poco pesada. ¡Lo que pasa es que como por tres! Entonces tengo como ataques de acidez, lo que se llama pirosis, y se me pone la panza muy dura. Eso me llevó a la urgencia de la clínica la otra vez porque lloraba del dolor. Pero no fue algo grave ni quedé internada; simplemente me pusieron un suerito y me pasó. Después me dijeron que era normal en las embarazadas".
El cuarto del niño es de color blanco, cuenta con una gran cuna funcional y un cubrecama tejido con el nombre del bebé, que también figura en el costado de la cama. Para entretenerlo tiene un móvil de nubecitas que proyecta estrellas en el techo y un pelotero pequeño con los colores de la bandera argentina. También se destaca una alfombra con forma de oso en el piso. Y la mediática cuenta que ya tiene el "huevito" listo para llevarlo a pasear.
Para salir a pasear, la griega se compró un cochecito forrado con el cuero blanco con el que se tapizan las Ferrari, que tiene una capota en piel y un pie para calzarle a las ruedas un esquí si pretende llevarlo a pasear por la nieve.
Pese a que dice que todavía le faltan cosas, tiene un inodorito funcional, más de treinta chupetes, baberos, calienta-mamaderas, termómetros, baby call, ositos y otros juguetes.
"¡Ya está todo listo para que Salvador llegue y me convierta en la mamá más feliz del mundo! Aunque ya lo soy. Pero estoy ansiosa. Un poquito nerviosa y con los temores lógicos. Por ahí me asusta sentirme con taquicardia y todas los síntomas que me dicen que son normales. Por las dudas, el doctor me dio vitaminas prenatales y hierro para estar bien fuerte esperando a mi hijo", cuenta verborrágica.
La llegada de su primer hijo la tiene ocupada y feliz. "Salvador es una extensión mía. Y con él siento que estoy construyendo mi propia obra de arte", concluye Vicky.