El 3 de marzo se conoció el primer caso de coronavirus en el país. Hasta hoy, 19 de abril al mediodía, se registraron 2.839 contagiados, 132 fallecidos y 709 recuperados.
Respecto al reporte matutino de ayer, fueron confirmados 81 nuevos casos. Las cifras fueron proporcionadas por el Ministerio de Salud de la Nación y difundidas por la Organización Mundial de la Salud.
La Provincia de Buenos Aires encabeza la lista de contagiados, con 825 casos acumulados. Ayer se sumaron allí 31 nuevos enfermos -más que en cualquier otro lugar-, así como dos nuevas muertes: un hombre de 27 y otro de 47 años.
Daniel Gollán, el ministro de Salud de la Provincia afirmó recientemente, en CNN Radio, que "el 70% de la población argentina va a tener coronavirus y a la mayoría no le va a pasar nada". Además, agregó que se está "ganando un tiempo precioso para ir acomodando el golpeado sistema de salud".
Según el funcionario, evalúan abrir actividades económicas en los municipios en los que no hay contagiados. Sin embargo, admitió que el Gran Buenos Aires no puede levantar la cuarentena "así nomás".
La Provincia compró US$ 10 millones a China en concepto de insumos, distribuidos en nuve vuelos. Es decir, unas 400 toneladas de barbijos tricapa, máscaras con filtros, gafas, overalls y guantes, destinadas al sistema hospitalario.
Debido a las condiciones habitacionales y laborales existentes en distintos distritos de la zona, algunos especialistas temen que la cuarentena no pueda ser realizada de forma adecuada y el número de casos infectados se siga incrementando.
De hecho, según a un documento de 2019 lanzado por el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina, los 24 partidos que conforman el conurbano bonaerense resaltan por tener a más de 2,1 millones de residentes con déficit sanitario (el 17%) y a más de 2,5 millones en viviendas precarias (el 21,1%).
El mismo estudio señala que 2,8 millones carecen de agua corriente (22,6%) y casi la mitad no tiene cloacas. Esto dificulta el seguimiento de las recomendaciones sanitarias básicas de la Organización Mundial de la Salud frente para controlar el brote, como el lavado de manos.
Por otra parte, la mayoría de los hogares alojan a tres o más personas un solo cuarto, lo cual está considerado un "hacinamiento crítico". A esto se suma la proximidad a basurales, a zonas de desechos de fábricas o al Riachuelo.
A la falta de espacio hay que añadir el aumento de precios, que denuncian tanto los vecinos como organizaciones de consumidores. Tanto de alimentos de la canasta básica -por ejemplo, la leche-, como de insumos necesarios para hacer frente a la pandemia, como el alcohol etílico o en gel.
En cuanto al empleo informal o en negro, llega casi al 40%. Y el desempleo roza el 11%. Sin contar que más de la mitad de la población del conurbano es pobre; y, el 12%, indigente. Nada más desde 2001 hasta 2016, el número de villas pasaron de 385 a 1.134.
De acuerdo con Clarín, en comparación con el arranque del aislamiento, aumentó la cantidad de vecinos que salen de sus casas. Tanto a pie como en coches. Desde las municipalidades aseguran que intensificaron los controles: detienen a los infractores, secuestran autos que no tienen permiso y emiten multas.
En una entrevista publicada el día de hoy, el presidente Alberto Fernández aseguró que se siente "acompañado por la sociedad y la dirigencia" en el marco de "la situación de emergencia" y valoró el "esfuerzo" para mantener el "nivel de acatamiento de la cuarentena, que es muy alto". De todas formas, pidió no "relajarse", porque "el problema está muy lejos de terminarse".
En municipios como Moreno, Quilmes y La Matanza -el más populoso del país-, el Ejército reparte comida y cocina en los barrios más vulnerables. También los llamados curas villeros están colaborando. Desde su reunión con Alberto Fernández a fines de marzo, convirtieron capillas y escuelas en merenderos o albergues, y aumentaron la entrega de viandas.