El coronavirus ya cuenta con más de un millón de contagiados y 60 mil muertos alrededor del globo. Familias desoladas, incertidumbre, crisis sanitaria y económica. Todo estos elementos se combinan en la pandemia más grave de la historia reciente.
Las historias individuales impactan y duelen. Eso ocurre con el relato del Josman Monclou, un médico que vio morir a su padre por Covid-19, a través de una videollamada y a más de 8 mil kilómetros de distancia.
Monclou trabaja en la unidad de cuidados intensivos en Cataluña, España. "Es algo que me rompe el alma porque yo, con todo mi conocimiento, no pude hacer nada por él. Yo sé que todos los profesionales de la salud tenemos que protegernos porque si nosotros nos caemos, todo se caerá", comenzó el doctor, con la voz entrecortada.
El profesional agregó que su papá recorrió tres centros de salud, donde no le dieron la atención (ni siquiera el diagnóstico) correspondiente, e incluso lo enviaron a su casa.
En sus palabras: "Él asistió a dos centros médicos en Popayán y en el tercero ha muerto. Yo, viéndolo morir por una videollamada, sabiendo que se podía haber hecho mucho más".
"Me hubiera gustado que recibiera mejor ayuda en los sitios donde estuvo, pero al último llegó tan mal que poco podían hacer", concluyó Monclou, quien nació en Colombia, pero desarrolló su carrera en Europa, debido a la precariedad de condiciones sanitarias de su país.
En todas partes del mundo, la población agradece a enfermeros y médicos, que están en la primera línea, arriesgando su vida para combatir el virus.