Luego de dos jornadas de audiencia, Nadia Fucillieri, la enfermera y obstetra acusada de haber degollado con un bisturí a sus hijos, de dos y cuatro años en 2017, para “causarle sufrimiento” a su expareja y padre de las víctimas, fue condenada a cadena perpetua.
Fue alojada de inmediato en el penal femenino de Banda del Río Salí y se revocó la prisión domiciliaria que tenía hasta el momento.
“Con los chicos jamás se juega. Gracias a todos. Mi vida siempre fue la misma, voy a seguir adelante en honor a mis hijos, me aferro a todo. Me da mucha pena, fue una chica elegida y amada por mí, me da mucha lástima”, comentó tras la sentencia Aldo Martínez, ex pareja y padre de los niños asesinados.
“Pensé que iba a pedirle perdón a los hijos. Ella no mostró sentimiento de culpa”, dijo Silvia Furque, abogada de la querella.
En los alegatos la imputada realizó una breve declaración:
“Pensaba que íbamos a tener una familia como nunca tuve porque mi papá me abandonó cuando era chica. Perdí a mi madre. Tuve que pasar mi vida tratando de salir adelante. Lo único que quería cuando era niña es estar con mi madre, a pesar de que estaba muerta”.
“Fui mamá y eran la luz de mi vida. Todas las personas que estaban a mi lado lo sabían”.
Además, Fucillieri aseguró que sus dos embarazos no fueron planeados y que debió abandonar sus estudios. “Aún así, me hice cargo de los dos. Fui la mamá que me hubiese gustado tener”, dijo.
También habló de su ex pareja: “Aldo (Martínez) nunca me creyó que me corté el tendón. Él nunca presenció ninguna consulta al médico que me tenía que operar del tendón. Tuve que ir acompañada por mi tía y los niños quedaron con mi otra tía. Jamás me pidió estar con los chicos mientras yo no podía”.
Al final, comentó, “ya no quiero nada, ya no espero nada. Lo único que quiero es cerrar todo esto y no lo puedo cerrar”.
En ningún momento habló del crimen de los niños, dijo no recordar nada de aquello. Sólo se dedicó a contar su historia de vida y señalar al padre de las víctimas.
La fiscalía y la querella habían coincidido en pedir la prisión perpetua por el homicidio triplemente agravado por el vínculo, por alevosía y por la intención de causar daño con los homicidios.
Además, se expuso la carta que Nadia le escribió al padre de los niños con las amenazas. La cual fue considerada como prueba fundamental para demostrar la premeditación del hecho.