Emilio Sáez es propietario de la reconocida panificadora de Tolhuin, por donde pasaron figuras de nivel nacional, internacional, turistas locales y residentes de Tierra del Fuego, habló en Radio Mitre Ushuaia acerca de la situación por la que atraviesan los comerciantes de la ciudad mediterránea y en particular, la panadería que le dio tantas satisfacciones a él y a muchas familias.
A causa de las medidas tomadas por el municipio, en concordancia con el gobierno provincial y nacional, por la pandemia, las puertas de la mítica panadería tuvieron que cerrar, cosa que no había sucedido nunca hasta el momento. Actualmente, 28 familias dependen del trabajo que realiza allí, pero por la falta de concurrencia de clientes, las ventas han bajado considerablemente y esto ha afectado la economía del negocio.
"La puerta de Tolhuin prácticamente está cerrada y nosotros no vendemos nada. Cerramos porque nos cansamos de tirar mercadería", dijo Emilio. A la vez detalló que, si la gente no puede salir, no va a la panadería y ellos viven de las ventas a las personas que van exclusivamente a su comercio. Si bien las puertas se volvieron a abrir, Emilio contó que "es lo mismo, igual, acá no entra nadie, ponele que se vendieron cuatro docenas de facturas y dos o tres kilos de pan, cuatro".
Esta particular panadería tiene 35 años de trayectoria y está ubicada en el centro de la provincia, también es centro de variados homenajes, como el homenaje permanente al Doctor René Favaloro y a los 44 Héroes del Submarino "San Juan". Por ella pasaron innumerable cantidad de personas, entre ellas famosos, los cuales están en las fotos que cubren las paredes del local.
Su dueño fue elegido como "El jefe del año", dado a las bondades que tuvo para con el personal, que a su vez, al pasar los años y los momentos compartidos, lograron tener un vínculo tan fuerte como el de una familia. Juntos comparten vacaciones en Puerto Madryn, en la casa que tiene para ir a disfrutar cada receso laboral. También viajaron juntos a Salta y a Punta Arenas, "Es una alegría ver feliz a tu gente, sacarlos de ese lugar, realmente es para vivirlo", dijo Emilio.
El optimismo, la fe es lo que lo impulsa a Emilio a salir todos los días a trabajar, a buscarle la vuelta a la vida, él junto a sus compañeros de trabajo, su otra familia. Emilio contó que algunos tienen una fantasía de posee un contenedor lleno de dólares, y no es así. Él dijo que está vendiendo su casa de Río Grande para poder pagarles a sus compañeros, más allá que está luchando contra una enfermedad difícil como es el Cáncer. "La cosa yo la estoy peleando. Imagino una escalera donde yo me subo arriba del todo y quiero ver la Argentina un poquito más allá de lo que vemos todos a ver qué luz veo, para ir para ese lado y te juro, no veo ninguna", expresó.
En su relato sincero, contó que están pasándola muy mal y las deudas de AFIP se incrementan, pero decide pagarle a los empleados. "Nosotros no vivimos del turismo, por ahí en un mes podemos estar hablando de otra cosa", dijo haciendo alusión a la apertura de la ruta en la provincia y agregó que después de que se normalicen algunas cosas, y se vuelva a reactivar el flujo de gente, y él se haga cargo de todo, quiere que la panadería quede a cargo de los empleados que lo acompañaron. "Qué mejor, que la panadería termine en las manos de mis empleados que son los que han generado todo esto", resaltó.