Tandil, famosa tanto por sus serranías y valles como por su producción de quesos y chacinados, se afianza como destino para el turismo gastronómico en base a sus picadas, uno de los platos preferidos de los argentinos que en la temporada fría mantiene tanta vigencia como en la estival.
Desde la Dirección de Turismo local informaron que esta comuna es “uno de los mejores lugares para comer picadas en todo el territorio nacional”, con más de 30 bares y restaurantes que tienen este preparado como especialidad para ofrecer también al turistas invernal.
Cerca de cualquiera de sus atractivos turísticos, como la Piedra Movediza, los cerros del Calvario y Centinela, el Valle de los Picapedreros o Sierra del Tigre, hay locales que ofrecen la ‘’Picada Tandilense’', que se caracteriza por seis variedades de fiambres y otras tantas de quesos locales.
La abundancia de sus componentes, que incluyen aceitunas y pickles, acompañadas con pan casero y cerveza artesanal (o industrial), algún aperitivo, o vinos que pueden ser de los viñedos locales, hace que habitualmente “la picadita” no sea una entrada sino que se convierta en el plato central de un almuerzo o una cena.
”Los preferidos de las picaditas son los quesos duros tipo pategras o sardo y se destaca el tipo banquete, al cual se suman al menos dos variedades de saborizados”, señala un comunicado, que aclara que “el protagonista principal es el salamín picado grueso, creado con antiguas recetas italianas de más de 100 años”.
Otras ventajas de este alimento son el precio (unos 1500 pesos para cuatro personas) y es que muchos de los locales hacen envíos a los hospedajes de turistas o los venden para llevar y disfrutar en los espacios naturales, a modo de picnic. El crecimiento y expansión de la gastronomía del lugar en base a estos productos se manifiesta cada año en el Festival del Salame y del Cerdo de Tandil (Chacinar) y la Fiesta del Queso Tandilero, ambos en noviembre.
Los quesos y salames, con Denominación de Origen, son la base de las cerca de 10.000 picadas que se venden la ciudad cada fin de semana, cuando es mayor la afluencia del “turismo de escapadas”, con mayoría de visitantes de las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata y de localidades del conurbano bonaerense.