La pandemia de coronavirus hizo crecer los problemas sociales en Tandil. Es por eso que lanzaron una iniciativa en la provincia de Buenos Aires para crear casas comunitarias en escuelas rurales en desuso para aquellos jóvenes que tengan problemas de adicciones, de violencia de género y situaciones de calle.
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La medida, que en la ciudad buscará poner en funcionamiento a más de 20 establecimientos educativos ubicados en el sector agropecuario busca dar solución a diversas problemáticas a través del acompañamiento de profesionales como licenciados en Trabajo Social y Psicología, y así dar un lugar especializado para combatir estas circunstancias.
El proyecto “Reconstruir Comunidad” estará solventado a través del Fondo para la Recuperación de la Infraestructura Pública Rural en Desuso (FORIRD), a cargo de la Unidad de Coordinación de Proyectos, que forma parte del Ministerio de Desarrollo con la Comunidad del gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
A través de propuestas agroecológicas buscan la unión entra las personas que habitarán las casas comunitarias y el medio ambiente, a través de la sustentabilidad y con la capacidad de ser resilientes ante las problemáticas socioambientales.
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En las escuelas rurales se pondrán en marcha cursos y talleres con un programa de formación integral de producción, construcción natural, y energías alternativas. También realizarán huertas donde cultivarán alimentos saludables, en búsqueda de la autosuficiencia y sustentabilidad alimentaria, la preparación para el desarrollo de estrategias de economía popular en el ámbito agroalimentario y la generación y conservación de un hábitat sano para la comunidad y en armonía con la naturaleza.
Quiénes podrán habitar estas comunidades
La iniciativa busca dar un lugar habitable a aquellas personas que tengan problemas de adicciones, de violencia de género o estén en situación de calle. Es por eso que en base a cada situación darán una respuesta específica.
Para quienes tengan problemas para acceder a una vivienda, darán un espacio de tránsito y acceder a derechos básicos como alimentación, salud e higiene, en donde también podrán participar de propuestas educativas, recreativas.
A aquellas personas que tengan situaciones complejas vinculadas a las adicciones podrán acceder a casas convivenciales en donde integrarán un proyecto terapéutico que buscará acompañar a cada individuo en la construcción de un proyecto de vida y trabajarán en conceptos como la responsabilidad, el cuidado, la autonomía y la convivencia.
Por otra parte, en los casos ligados a violencia de género habrá casas abiertas en donde se trabajará el reconocimiento acerca de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+, y la posibilidad de avanzar en el logro de autonomía personal, para el desarrollo de un proyecto de vida libre de violencias.