El crudo relato de María Graciela Díaz, la mujer que fue secuestrada por su pareja

La mujer que estuvo privada de su libertad contó el calvario que vivió y cómo fue convenciendo al sujeto de que la libere.

Díaz contó que iba dejando huellas para que la Policía la encuentre.
Díaz contó que iba dejando huellas para que la Policía la encuentre.

El domingo Santiago fue sacudido por la noticia de una mujer que había sido secuestrada por su pareja, cuando se dirigía a la comisaria para realizar la denuncia, porque él la había golpeado. Tras varias horas de búsqueda, finalmente el lunes apareció y pudo ser llevada a su hogar, previo a declarar en la Policía.

María Graciela Díaz cuenta su verdad y como vivió ese lapso que estuvo privada de su libertad. "Nosotros terminamos la relación el jueves pasado. Él antes me había amenazado y me pedía que retomemos la relación. Ayer (por el domingo) vino de paseo a la casa de un familiar -a escasos metros de su vivienda- y estaba muy borracho", contó como fueron los momentos previos al secuestro.

Luego el sujeto apuntó con un arma que tenía al remisero y la menor se asustó, por eso ella decidió bajarse del auto e irse con él. "Cuando me vio me dijo que si me iba con él no iba a pasar nada. Miré a mi hija que tenía miedo, entonces me fui con él. Cuando estábamos en el monte guardó el arma", añadió.

Pasaban las horas y la extensa caminata hizo que el hambre y el frío empiecen a jugar un papel importante. "Con sus brazos y pies abría el camino para seguir entre la maleza. Yo donde veía que había tierra suelta ponía mi pie para que quedara la huella, para que la policía me encontrara", esgrimió.

"Ya era la madrugada, la temperatura había descendido mucho y entre la maleza el frío se hacía sentir más. Yo le pedía volver porque tenía frío. Me dijo que no y me dio su campera. Hicimos unos metros más y me dijo que si yo quería podía salir al camino. Cambió de actitud porque sabía que la policía nos iba a encontrar. Ahí sí sentí miedo, porque tenía que andar sola por el monte", finalizó el escalofriante relato a El Liberal.

Con lo último de energía que le quedó, salió a la ruta y allí un motociclista dio con ella y la llevó hasta el Hospital Zonal de Pozo Hondo, donde constataron que estaba bien de salud y luego de declarar ante la Policía, pudo regresar a su hogar.