Ascención Fernández es una mujer de La Pampa que tiene 92 años y se destaca por su constancia y ganas por terminar la educación primaria en la Escuela para Adultos n°1 “Profesor Honorio Romero”, en donde recibirá el certificado por “reconocimiento de saberes”.
Por lo general, las personas que llegan a los 70, 80 o 90 años quieren descansar, disfrutar de sus familias o hacer todo tipo de planes que no los haga estresar. Sin embargo, Ascensión es diferente al resto y, pese a sus 92 años, ella procura terminar el colegio ya que en su momento no pudo.
Ascensión nació en 1930, año en el que el general José Félix Uriburu derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen. En esta época comenzó la reconocida “Década Infame” de Argentina.
Ascensión figura en algunos registros como analfabeta, pero ella niega que sea cierto: “Sé leer y escribir”
La mujer fue citada a una entrevista con el medio La Arena. Sin dudar ni un segundo, Ascensión aceptó y se preparó como nunca: con una ropa muy elegante, el cabello bien peinado, un maquillaje impecable y dos hermosos pendientes que sobresalían en su rostro, la mujer se presentó a contar su historia junto a algunas docentes del establecimiento.
En algunos registros, Ascensión figura como una persona analfabeta, pero esto no es así ya que ella lee y escribe como las mejores. Lo que pasó es que cuando la mujer de 92 años era una niña asistió a una escuela rural, distante dos leguas de Santa Rosa, pero solamente hasta cuarto grado.
La estudiante mayor abandonó el colegio porque comenzó a trabajar en el sector Fideería del Molino Werner. Por esa razón, nunca llegó a terminar sus estudios. “Con mis hermanos íbamos a la escuela rural de ‘El Mirador’, pero había que trabajar y por eso no llegué a completar la primaria”, expresó Ascensión al medio local. “¡Pero sé leer y escribir!”, agregó rápidamente.
Valeria March, directora de la Escuela de Adultos Nº 1, manifestó que “lo que pasa es que ella, como mucha otra gente, tiene una trayectoria de vida. Y aunque figura como analfabeta, la realidad es que no lo es porque lee, escribe, comprende, realiza operaciones bancarias, cobra su pensión, maneja su dinero, va al supermercado. Por eso está bueno esta posibilidad de conseguir su certificado por reconocimiento de saberes”.
La llegada de Ascensión a Santa Rosa
Cuando Ascensión tenía 15 años llegó a Santa Rosa con su familia -la cual está conformada por mamá, papá y 14 hermanos- para vivir “en frente de la Colonia Penal”. En ese entonces, la capital de La Pampa era un pequeño pueblo y no estaba tan habitado, solo habían algunas familias que vivían en chacras y campos cercanos.
La historia de amor de Ascensión con Gerardo
Mientras trabajaba en Santa Rosa, la estudiante de la escuela para adultos conoció a Gerardo Blanco, un hombre de nacionalidad española con quien se puso de novia y, luego, se casó.
Hoy en día, “él tiene 94 años y tenemos a nuestro hijo Gerardo, y a los nietos Alejandra Mara y Gonzalo Javier”, detalló la mujer. Además, contó que tenían un comercio en Villa Alonso, primero fue una tienda y después carnicería, “pero en 1983 decidimos cerrar y no hacer más nada. Llevamos con Gerardo 60 años juntos”, enunció.
Su familia fue un pilar fundamental para retomar los estudios primarios. “Me alentó mi nieta y me pareció bien. Una buena forma además de estar entretenida”, expuso la abuela.
Por supuesto que más allá de estudiar, Ascensión también tiene su tiempo para disfrutar con su esposo y estar sentada en el sillón. “¿Cómo vivo hoy? Tranquila. No me levanto muy temprano, 9:30 o 10 a.m. Miramos bastante televisión, yo sobre todo algunas novelas y otros programas que me gustan. Sé que en el 42 está la novela que sigo, en el 12 Los 8 escalones. Tengo todos los canales en mi memoria y mi esposo solamente mira los noticieros. ¿Quién maneja el control de la tele? Yo, por supuesto”, expresó con mucha picardía.
Quedan solo unos días para terminar el año escolar y Ascensión recibirá su certificado por reconocimiento de saberes en la primera o segunda semana de diciembre, en la fiesta de cierre del colegio.
Sin lugar a dudas es una historia ejemplar para toda la familia y la sociedad en general por la meta cumplida a sus 92 años. La directora del colegio agradeció poder “hacer visible que se puede terminar la primaria y la secundaria. Que hay programas y muchas posibilidades y sólo es cuestión de proponérselo, como Ascensión”, concluyó la entrevista.