Una investigación de la Universidad Nacional de Litoral (UNL) reveló que sábalos capturados en distintos sitios del curso bajo de los ríos Salado y Santa Fe portaban en sus vísceras y músculos nueve tipos de agroquímicos diferentes en alta concentración.
Las observaciones se realizaron entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 sobre 16 sábalos y los resultados fueron publicados en la revista Science Direct bajo el nombre “Cócteles de residuos de plaguicidas en Prochilodus lineatus, peces del río Salado (América del Sur): primer registro de altas concentraciones de herbicidas polares”.
Allí, se da cuenta de la presencia de “concentraciones muy altas” del insecticida cipermetrina; herbicidas polares como el glifosato y su producto de degradación AMPA y glufosinato de amonio; y del fungicida piraclostrobina. En las muestras de vísceras se detectaron “valores elevados” de los plaguicidas cipermetrina, clorpirifos y lambdacihalotrina.
¿Qué peligro reviste la presencia de agroquímicos en vísceras y músculos de sábalos?
La gravedad de la situación recae en que los peces bioacumulan los residuos en sus tejidos corporales, lo que disminuye su salud y supervivencia.
A su vez, al ser los sábalos una especie consumida por humanos, los científicos recalcaron que “el consumo crónico de dosis bajas de glifosato a través de los residuos en los alimentos y el agua puede conducir a la metabolización del glifosato con consecuencias nocivas para la salud humana”.
Las muestras se tomaron en proximidades del puente de San Justo, paraje Villa Georgina, la zona del Country Los Molinos, la playa de Santo Tomé y la confluencia del Salado con el río Santa Fe, donde nace el Coronda. Donde mayores concentraciones de agrotóxicos se detectaron fue en Los Molinos y la playa de Santo Tomé.
¿Qué otros estudios se hicieron sobre el río Salado?
Cabe destacar que ya en el año 2020 se encontraron altas concentraciones de herbicida 2,4-D y del insecticida clorpirifos en las branquias e hígado de sábalos sobre la fauna del Salado.
Además, a fines del 2022 un equipo de la UNL y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) publicaron un informe dando cuenta del estado general del río en cuestión: y concluyeron en que su calidad es “marginal” por los bajos niveles de oxígeno disuelto y altos niveles de sólidos suspendidos totales, incluidos fosfato, nitrito, plomo, cromo y cobre.
El estudio reveló además que las concentraciones de metales fueron entre 34.000 y 35.000 veces más altas en los sedimentos que en las muestras de agua. Se detectó en ese entonces la presencia de 30 agrotóxicos diferentes en todas las muestras de agua y sedimentos.