El nacimiento de una beba con dos cabezas en el norte santafesino derivó en una denuncia por "mala praxis" y "suplantación de identidad", que ya está siendo investigada por la Justicia provincial y el Ministerio de Salud.
Todo comenzó el 25 de diciembre del año pasado, cuando una joven de 21 años que cursaba la semana 39 de su segundo embarazo llegó en trabajo de parto al Hospital de Reconquista. Hasta ese momento, los controles rutinarios que había hecho en el Samco de su pueblo, Avellaneda, habían resultado normales y no daban muestras de una bicefalia.
Se dispuso la realización de un parto natural, sin embargo hubo una falla cardíaca del feto y los médicos debieron realizar una cesárea de urgencia. Luego de la intervención, los médicos le indicaron a la abuela que la beba había nacido muerta, con dos cabezas y un solo cuerpo. Ella logró sacarle una foto.
Sin embargo se encontró un certificado en el que se detalla que había nacido con vida. El mismo está firmado por la obstetra, y asegura que el peso de la beba fue de 4,550 kilos. Además, de acuerdo al abogado de la familia, Oscar Vázquez, en las dos ecografías que le realizaron durante el embarazo "no hay ninguna anomalía", según indicó a Aire de Santa Fe.
Por otro lado, no se encontró un certificado de muerte. Las autoridades del nosocomio atribuyeron esto a un "error", y aseveraron que la bebé "nació sin vida". Lo cierto es que el letrado presentó en la Fiscalía de Reconquista una denuncia para que se investiguen los posibles delitos de "mala praxis", porque los médicos no habrían advertido el embarazo siamés, o "suplantación de identidad", porque si los controles son correctos no descartan que esa beba que vieron no sea su hija.
"No se pide resarcimiento económico, la mamá quiere saber qué pasó", resaltó Vázquez al mencionado medio, y confirmó que solicitaron como medidas de prueba la exhumación del cadáver para que se realice el ADN, como así también el secuestro de las historias clínicas.