La superación de Milagros Canteros en su vida, es una constante, y además de ser la representante de San Rafael, también es una embajadora del deporte femenino, aunque su proyecto va más allá, incentivar a los niñas y niños a la práctica deportiva.
Milagros fue electa en el anfiteatro “Chacho Santa Cruz” de San Rafael, y mientras se acerca el 5 de marzo, donde será parte de “Milagro del Vino Nuevo” en la Fiesta Nacional de la Vendimia, la joven representante de El Cerrito, habló con Vía Mendoza de su experiencia vendimial: “Disfruto esta experiencia a pleno”, aunque su participación en el deporte, no deja de ser una de sus fortalezas y superación personal.
Su vida tiene matices particulares de lucha y desafíos. Es jugadora de rugby 7 en Belgrano Rugby Club de San Rafael, siendo hoy, una embajadora del juego de la ovalada. Aunque su vida estuvo en peligro, cuando un remolino en un río de Valle Grande la succionó, y fue salvada por sus familiares.
Su compromiso como representante vendimial y deportista
“Muchas mujeres juegan al rugby y a otros deportes que siempre estuvieron catalogados para hombres. Estamos insertando una nueva estructura y cultura deportiva”, remarcó Milagros, analizando el presente del deporte.
“Tengo el privilegio de ser representante, de representar a San Rafael, y ese compromiso es pleno, por eso la participación de la mujer en el deporte, en este caso el rugby, es una responsabilidad que debo destacar y asumir, para incentivar a muchas mujeres que aún no se animan. Pero mi proyecto también se centra en inculcar e los más chicos la cultura del deporte”.
Mensaje que también tuvo menciones especiales a sus compañeras: “Muchas jugaron en el seleccionado, fueron bailarinas en la Fiesta de la Vendimia, fueron y son parte de la cultura de nuestro departamento en distintos aspectos, y por ellas es que asumo esta responsabilidad como mujer, como representante vendimial”.
Su ingreso al mundo del rugby
Antonela Castro, su prima, fue quien presentó a Milagros en el mundo del rugby. “Mi prima venía jugando desde hace tiempo y un día me invitó. Inmediatamente me atrapó el juego. Era todo nuevo para mi, además, muchos me decían que me iba a golpear, pero en realidad es un deporte que tiene una trama muy interesante, tanto en la preparación física, como en lo táctico”, subrayó Milagros.
Con una muy buena altura, 1.77, Milagros juega la modalidad de Seven, pero con un condimento extra, es pilar derecho, puesto que significa potencia, técnica y mucha garra, y esas características a Milagros le sobran: “No podés salir con la camiseta limpia de un partido”, con esa personalidad, sintetizó su lugar dentro de la formación de su equipo.
También incursiona el rugby 15, donde su altura juega un papel determinante para ocupar un lugar en la formación fija del line: “Estoy practicando mucho el line, pero me lleva mucho tiempo para tomar confianza en el salto, donde quedás suspendida en el aire. Muchas veces la jugada no se concreta y terminás en el suelo”, destacó esbozando una sonrisa, como recordando alguno de esos momentos.
“El rugby es compañerismo, unión, más allá del deporte en sí. Te consolida como humano, te contiene. Muchas veces uno llega a un entrenamiento con problemas que pasaron durante el día, y en ese momento mágico todo se transforma. Hay una renovación en lo personal que te aísla de los problemas, y comenzás a compartir cada segundo, cada jugada con ese grupo que te contiene. Es maravilloso”, expresó convencida la jugadora de Belgrano RC.
Milagros superó uno de los desafíos más importantes, sobrevivir
Cuando tenía 11 años, estaba con sus primos en Valle Grande y fue cuando cruzando un río su vida corrió peligro. “Estuve a punto de ahogarme”, recordó, mientras intentaba buscar su equilibrio emocional.
“Un remolino, en medio del río me succionó, fue un momento de mucha desesperación. No podía salir por la fuerza del agua, hasta que llegaron mis familiares y me rescataron”, describió sobre aquellos interminables minutos vividos.
A partir de ese día su vida cambió, y comenzaron los desafío: “Me costó mucho volver a tener confianza. Tuve mucho pánico y fue cuando me propuse recuperar la confianza y despejar el temor. Así comencé con natación”, confirmó Milagros, con plena firmeza.
Pero el comienzo no fue fácil. “Me paraba en el bode de la pileta y no me podía meter. Veía agua en lagos o ríos y me daba miedo. Enfrenté la situación y hoy me siento orgullosa de lo que logré. Mi entrenador me dice que debo competir en natación, pero prefiero disfrutar. Ahora, el agua me relaja sabiendo que mi confianza es plena”.
Milagros Canteros: “Mi compromiso es con los productores”
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