El domingo 19 de abril de 2015 una nena, que en ese momento tenía 7 años, se animó a confesarle a su mamá, entre lágrimas, que su abuelo la había abusado en varias ocasiones. La madre de la víctima, hija biológica del abusador, denunció a su padre cinco días después. El martes 24 de julio, la jueza Penal 3 de San Luis ordenó detener al sospechoso por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante y el viernes lo envió al penal con prisión preventiva porque las pruebas lo comprometen.
Para que la jueza Virginia Palacios tomara dicha determinación se valió de la denuncia de la madre y de la declaración de la menor en Cámara Gesell, que ahora tiene 10, donde relató que los abusos ocurrían "en la pieza…. en la casa de mi nona", informó El Diario de la República.
La víctima describió que su abuelo, que tiene 55 años, la obligaba a practicarle sexo oral. "Él estaba acostado, me llamaba y después me hacía… me empezó a hacer cositas…"; "pasó más de una vez…eran iguales…"; "me sentía triste… porque es algo feo", fueron algunos de sus dichos, que las psicólogas del Poder Judicial consideraron libres de fábula y parte de un relato coherente.
Además la tía de la víctima declaró en el juzgado que hace cinco años, cuando ella tenía 17, su padre la llamó a la habitación y la sorprendió estando totalmente desnudo.
Palacios expresó que las pruebas acumuladas conforman "una plataforma probatoria necesaria para tener por acreditada la existencia del hecho denunciado cuanto la autoría que en el mismo". Sobre la decisión de encarcelarlo, la magistrado expresó que "la gravedad del delito atribuido" puede hacer suponer que el acusado pueda intentar eludir la acción de la justicia, evadirse o influenciar a los testigos para entorpecer el resto de la investigación.