La historia de amor entre Marisol y Soledad tomó trascendencia en las últimas horas luego de que Diario Huarpe contara su historia. Ellas están casadas desde 2019 y Soledad está embarazada, con fecha de parto para mayo. Gracias a las leyes de fertilización asistida y de Matrimonio Igualitario, hoy ejercen dos derechos que fueron conquistados luego de muchísimos años de lucha política.
Soledad Correa contó que a sus 11 años de edad enfrentó a su madre para decirle que era lesbiana. Su mamá lloró esa noche pero no porque no estuviera de acuerdo con su identidad sexual sino porque sabía que la vida le iba a oponer resistencia, en un mundo donde la homofobia y la misoginia aún perduran.
Sin embargo, a partir de ese momento Soledad pudo hacerle frente a una sociedad que todavía guarda resabios de intolerancia. Fundó un espacio LGBTIQ+ en San Juan, llamado La Glorieta. Este espacio es el que organizó en la provincia las primeras marchas del orgullo y que se dio la enorme tarea a sí mismo de visibilizar la diversidad en una provincia en donde las estructuras religiosas y conservadoras continúan oponiéndole resistencia.
“Una vez tuve que cubrir a la que en ese momento era mi novia para que no le pegaran los piedrazos que nos tiraban cuando íbamos a una plaza”, recordó Soledad, y agregó: “Por ser torta me sacaron de boliches y me insultaban. Algo tan común como salir a caminar de la mano con mi pareja era algo que no podía hacer”.
Hace cuatro años, Soledad convive con Marisol y están casadas desde hace dos. “Nosotras no salimos del closet, las tortas salimos del horno”, contaron socarronamente. Soledad comenta que siempre quiso ser madre y que este embarazo la tiene a su pareja acompañándola desde el primer día en el que fecundaron los óvulos y en cada uno de los controles.
“El día que nos dieron el positivo sentía que todo estaba bien. Dejé el resultado positivo sobre la mesa de luz. Tenía dos celulitas adentro mío, lo único que me confirmaba que estaban ahí era ese resultado”, concluyó.