En el marco de una conferencia de prensa, Iván Grassi, el fiscal que conduce la investigación del femicidio de Yoselí Rodríguez de tan solo 10 años confirmó que el único detenido en la causa tenía sangre de la niña en su ropa.
En la remera que había tenido puesta el asesino y que escondió, pero que fue hallada en el allanamiento, se encontró sangre de Yoselí, afirmó Grassi, de la UFI Nº1 de Delitos Especiales. En las manos del acusado también descubrieron perfil genético compatible con la menor.
También manifestó que el informe del Complejo Científico Forense del Poder Judicial que analizó el material genético que se recolectó de la escena del crimen, del cuerpo y del sospechoso, Juan Carlos Rodríguez. Es que tanto en su ropa como en su cuerpo hallaron indicios que lo vincularon directamente con el homicidio. Los pesquisas también constataron que la menor de edad fue víctima de abuso sexual.
Si bien resultó bajo el nivel de muestra que se obtuvo de las partes íntimas de la nena, los forenses comandados por la Dra. María Paula Wiernes lograron certificar que había un perfil masculino, ajeno a la menor, que confirma que fue abusada. Lo que no se pudo demostrar, argumentó Grassi, es que ese material pertenece al imputado.
Sobre el arma homicida que fue secuestrada en el lugar del hecho, un cuchillo tipo tramontina, el informe forense señaló que se halló material genético femenino compatible con el perfil genético de la niña, es decir que la sangre que tenía era de la víctima fatal.
Con los testimonios de los familiares que se encontraban conviviendo con la víctima y el único acusado, pruebas recolectadas en el lugar, más las conclusiones genéticas, la fiscalía busca poder formalizar la acusación tras la feria judicial por abuso sexual con acceso carnal con homicidio triplemente agravado, por alevosía, criminis causa y violencia de género.
El caso de Yoselí Rodríguez
El aberrante hecho ocurrió el primer día del año en la localidad de Media Agua, entre las 4 y las 6 de la mañana cuando el presunto femicida, Juan Carlos Rodríguez entró a la casa de su madre Inés, donde dormía su prima Yoselí, y se la llevó alzada hasta el descampado colindante, a unos 80 metros.
En ese lugar la violó y, para lograr la impunidad de esa acción, la mató con un cuchillo tipo Tramontina que luego enterró parcialmente a unos 50 metros. El homicida antes de huir arrastró el cuerpo aproximadamente 5 metros, hasta dejarlo semioculto detrás de unos pastizales más altos.
Según Fiscalía la víctima intentó defenderse, dejando evidencias en el cuerpo del femicida, sobretodo en sus piernas.