Federico Obeid, fiscal penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual de Salta, pidió la ante el Juzgado de Garantías 5 la elevación a juicio de la causa en la que está imputado un hombre de 22 años, acusado del delito de abuso sexual con acceso carnal de una menor.
De las investigaciones surgió que el hombre imputado abusó de la menor en al menos tres ocasiones, en distintos años y fechas inciertas. La primera vez en el año 2016, cuando la víctima tenía 12 años, luego volvió a abusar de la joven en 2018, y una vez más en el 2019. Todos los abusos ocurrieron en la casa de la niña, en la ciudad de Salta, donde el acusado aprovechó las circunstancias para accederla carnalmente, con amenazas de lastimas a sus familiares si ella no accedía a sus demandas.
La madre comenzó a notar comportamientos extraños en la menor, quien sufre un leve retraso madurativo, por lo que decidió revisar su cuenta de Messenger, y allí encontró mensajes de su propio sobrino que lo comprometían. Finalmente, la mujer realizó la denuncia en octubre de este año.
Según publica el Ministerio Público Fiscal, de lo expuesto se tiene que “el acusado, con su actuar depravado e insano y para satisfacer su propia lascivia, atentó contra la integridad sexual de la víctima, quien es una persona con leve retraso madurativo”.
En este sentido, el fiscal Obeid, remarcó que en “los delitos contra la integridad sexual normalmente existen serias dificultades para desentrañar lo verdaderamente ocurrido, pues es una característica del ofensor actuar con sigilo y sibilinamente, dado que tal es la desproporción y el desborde de sus conductas que prefieren actuar a hurtadillas precisamente para no ser descubiertos”.
Y agregó que este rasgo de la personalidad de los infractores a la integridad sexual no debe perderse nunca de vista, porque los infractores, los abusadores, los violadores o los ultrajadores tienen en común dos características: operar sobre la víctima desprevenida y elegir el momento del ataque, cuando nadie puede percatarse de su abyecto cometido. Estas premisas se verificaron en este caso, ya que el acusado aprovechaba los momentos en que la menor estaba sola en la vivienda para abusar sexualmente de ella.