En medio de las tensiones entre Hamas y el gobierno israelí, el conflicto entra en su doceavo día. Entre los miles de jóvenes argentinos que viven en Israel, muchos de ellos juntan donaciones para los soldados, algunos intentan volver a su país natal, mientras que otros se alistan al ejército para defender lo que ellos consideran su hogar. Este es el caso de la joven salteña, Iael Laham, que vive en Israel hace tres años y es parte del batallón de comunicación.
“Hubo un conflicto entre Hamas e Israel, estaba en el internado, sonaron las sirenas y cayó una bomba muy al lado del internado. Es muy traumático, son cosas para las que los argentinos no estamos preparados, los israelitas sí, ellos crecen con la idea de que están en un país en guerra, de que van a ir al Ejército”, afirmó la joven de 20 años en diálogo con El Tribuno.
Dejó Salta atrás para conocer sus raíces en Israel
A los 15 años, Iael quiso dejar Salta y mudarse a Israel porque “quería conocer Israel, son mis raíces”, aseguró. Se inscribió en uno de los programas que podía terminar los últimos tres años de la secundaria y decidió dejar a su familia para lanzarse en una nueva aventura.
“Al principio fue como que vivís en una película, no te das cuenta, estás en otro país con gente de todo el mundo. El segundo y tercer año, cuando vas para Salta y volvés a Israel, extrañas un montón y te das cuenta de que no tenés las comodidades de tu casa, como la comida”, comentó Iael.
Además de conocer una nueva cultura, la joven tuvo que adaptarse y aprender a hablar portugués para poder convivir con brasileños, como también el hebreo: “Nunca me puse a estudiar en serio hebreo, aprendí escuchando. Ahora ya sé cuatro idiomas porque también sé inglés”, añadió.
La decisión de alistarse al ejército en Israel
Al finalizar la secundaria, Iael se encontró con una disyuntiva: si volvía a Salta o si se enrolaba en el servicio militar. En Israel, alistarse en el ejército es obligatorio para todos los israelíes por dos años: “Si no me alistaba no podía volver nunca más, así que lo hice”, detalló.
En la actualidad, la joven se encuentra en el norte de Israel. Es parte del batallón de comunicación y trabaja en un taller mecánico donde repara los vehículos y aparatos, como los generadores que van a la guerra contra Hamas.
“Al ser soldada solitaria me dan vivienda, comida y sueldo, se puede ahorrar, no hay inflación como allá”, comentó. Recordando el día que estalló la guerra entre Israel y Hamas, la joven estaba en su día de franco y en el centro de la ciudad: “A las 7.30 comenzó la guerra y a las 10 me avisaron que tenía que volver a la base. Era sábado y no había colectivos ni nada, entonces era todo un problema volver hasta el norte sin colectivo, tenía la sensación de ‘¿qué hago ahora?’”.
Su madre, desde Salta, asustada por lo ocurrido, se comunicó con ella para saber cómo estaba: “Yo le dije que se quedara tranquila, siempre hay que contener, también contar la verdad de lo que pasa, mi mamá ve muchas noticias que por ahí no son verdad. Por ejemplo, que están tirando bombas en el norte y yo estoy acá y no pasa nada”.
Todavía a Iael le quedan cuatro meses para terminar el período obligatorio en el Ejército, pero aseguró que si le piden que se quede, ella lo va a hacer. Además, señaló que se siente cómoda conviviendo con sus compañeros: “Somos una cultura muy parecida, nos gusta festejar, somos felices, entonces es muy fácil conectar con ellos, y ellos aman toda Latinoamérica, no solo a los argentinos. Entonces son muy serviciales”.
A pesar de que la joven aseguró que extraña Argentina, ya que ella considera que es “su país”, señaló que se siente orgullosa de lo que está haciendo ya que es algo “muy importante” porque “Israel siempre necesita soldados y ejército, y mientras más seamos más fuerza tenemos”.