El inicio del Milagro en Salta se dio de una forma inusual este año, a través de las redes sociales. A las 10 de la mañana se dio la Misa Estacional de la Exaltación de la Santa Cruz, y en el día de ayer fue la Misa Estacional de la Virgen del Milagro, sin la presencia de fieles ni autoridades provinciales o municipales.
Las celebraciones pueden seguirse en distintos horarios a través del Facebook de la Catedral de Salta.
Durante su homilía, monseñor Mario Cargnello hizo referencia a la pandemia, tanto a lo bueno como a lo malo: "¡Cómo necesitamos Madre querida del Milagro que hoy entres en cada hogar! La pandemia, como el mar sometido a la fuerza de los vientos, va sacando lo que está sucio por dentro, así como saca lo mejor. Emergen con fuerza pecados, egoísmos, rivalidades, estupideces. Pero también emerge la generosidad de tanta gente, desde los que nos cuidan en la salud, la seguridad y los servicios esenciales, los que velan por nosotros, hasta los que en los hogares cuidan a sus hijos, velan por el cuidado de sus seres queridos y están atentos. Lo hacen discretamente trabajando en silencio, preparando la comida, atendiendo la salud", expresó.
Además, Cargnello sostuvo que es importante cuidar a la gente y realizar los tradicionales rituales de forma que no aumenten los contagios, honrando a los santos patronos de una manera distinta. "Celebramos un Milagro más profundo que nunca, porque lo que no podemos manifestar externamente, se expresa con una bandera o en una flor y deja lugar a una fiesta en el corazón que se abre para convertirse en Jesús y para decirte: 'Entra Madre, enséñanos a seguir la voluntad del Padre'".
A esto, agregó: "Que ese amor a ti Madre y a Jesús, se traduzca en una verdadera fraternidad solidaria, que deponga las actitudes de enfrentamiento. ¿Cómo se puede lucrar queriendo crecer en poder en este momento de tanto dolor? ¿Cómo se puede pensar en ganar dinero en medio de tanta amenaza de muerte? ¿Cómo se puede no descubrir que todos necesitamos de Dios, de Jesús, del Dios con nosotros y de ti Madre?".
Para finalizar, declaró que al entrar al Triduo, "lo hacemos sin miedo, por eso renovamos nuestra esperanza. Aunque no podemos estar juntos físicamente, espiritualmente nos tendemos la mano porque el Milagro es Eucaristía, y la Eucaristía es Comunión y el Pueblo de Dios tiene que estar y el deseo de estar nos une. Estoy convencido de que cuando las aguas del mar se serenen, será el año que viene o este año -eso lo dirás tú Señor- el Milagro será más fuerte que nunca, porque nos encontrará más hermanos. La gente buena que lo ha expresado de diferentes maneras, desde la Puna hasta nuestro Chaco y desde los límites con Bolivia, hasta Tucumán y Catamarca ha expresado esa comunión en el amor a la Virgen… Eso es lo que va a triunfar, porque la gente que celebra el Milagro desde distintos lugares de la tierra lo hace con amor. Eso va a quedar después de esta arrasadora experiencia de la pandemia".