Durante la segunda fecha de la Copa de la Liga Profesional 2024, fue evidente que el Estadio Gigante de Arroyito no estaba en condiciones de albergar un partido. Tanto Banfield como Rosario Central tuvieron serias dificultades para sortear los obstáculos de la cancha y la pelota no rodó como debía, provocando el enojo de los jugadores visitantes y algunos locales.
Fue el estreno de las reformas que la gestión de Gonzalo Belloso impulsó para agrandar el estadio y ampliar la capacidad en 8.000 butacas. En ese marco, si bien en el Gigante se vivió como una fiesta, el campo de juegos jugó en contra para los dos clubes disputantes.
Debido a esto, la institución decidió que el Canalla no jugará el próximo partido de local en el Gigante como estaba dispuesto y podría medirse contra Independiente Rivadavia de Mendoza en una cancha prestada que será confirmada en las próximas horas.
“Queremos que la cancha tenga sus ciclos normales y a la cancha le falta su fortaleza del pasto. Le vamos a dar ese tiempo y hablamos con la Liga Profesional para buscar un escenario, esté acorde a ambos rivales y a la brevedad estaremos informando dónde vamos a jugar”, dijo Belloso en contacto con la prensa del club. Y agregó: “Siempre intentamos respetar al abonado y al socio de Central que siempre nos acompaña”.
¿Por qué se jugó el encuentro en el gigante de arroyito si no estaba en condiciones?
Con respecto a la razón por la cual el partido se jugó en la cancha de penoso estado, alegó: “Decidimos jugar en el Gigante asumiendo los riesgos y exoneramos a los ingenieros y trabajadores porque la decisión fue nuestra. Queríamos que en el primer partido los jugadores y la gente se reencuentren y pudieran festejar; en Central estamos acostumbrados a hacerlo”.
De esta manera, el encuentro correspondiente a la fecha 4 se jugará en una sede neutral el próximo jueves 8 de febrero.
Antes de eso, el auriazul dirigido por Miguel Ángel Russo se medirá con Talleres en calidad de visitante, este sábado a las 21:15.