En 2021, tras ganar su séptimo Balón de Oro, Lionel Messi protagonizó una producción con L’Équipe para posar con sus trofeos. Una sesión emblemática, simbólica y cuidada hasta el mínimo detalle, que incluía aquel galardón entregado el año en que ya no militaba en el Barcelona.
Franck Seguin, jefe de edición del diario francés, reveló recientemente en el documental titulado Balón de Oro 2025: entre bastidores de un secreto un detalle insólito con el que se encontró cuando coordinó esa sesión con el astro.

Según contó, al momento de convocar al equipo para ir a la casa de Messi en París, se toparon con una petición fuera de lo común: “Cuando fuimos a su casa en París, nos dijo que teníamos que llevar medias. Él mismo llevaba medias”.
El pedido, algo aparentemente trivial, sorprendió por la humildad y por la atmósfera que generó. También pidió que se saquen los zapatos al entrar en su hogar: “De repente, el mito se desmoronó un poco. Seguía siendo el mejor futbolista del planeta. Pero, de repente, nos encontrábamos en casa de nuestra abuela, que nos pedía sacarnos las zapatillas”.

El ambiente relajado se volvió casi familiar tras esos gestos. Se quitaban zapatos, había risas, y ese pequeño ritual doméstico pareció dar pie a que la entrevista ganara en sinceridad y cercanía. Lio, en medio de tanto brillo, mostró que también valora la simpleza.
Durante la reunión, también se fotografió al delantero argentino con sus, por entonces, siete Balones de Oro exhibidos de manera que cada trofeo representase un tramo recorrido. “Le habíamos pedido que trajera todos sus Balones de Oro. Eso fue parte de la idea, un poco loca, que de repente se hizo realidad”.

El momento se convirtió en una de las imágenes más recordadas de la carrera de Messi. No sólo por lo que representa el Balón de Oro para él, sino por cómo se dio: en un hogar, entre medias, sin zapatos, con risas, con trofeos y con un hombre consciente de su lugar en la historia, pero también de su humanidad.
Seguin reflexionó también sobre la frase que Lionel dijo cuando le consultaron si ser considerado uno de los mejores de todos los tiempos le generaba presión: “No sé si soy un modelo para el resto, nunca me gustó ser un modelo o dar consejos. Luché por mis sueños. Al principio era ser jugador profesional, después luché para superarme y alcanzar cada año nuevos objetivos. En esos momentos hay un poco de suerte. Creo que Dios eligió que me llegara todo”.
De aquella producción icónica también participaron su esposa Antonela Roccuzzo y sus tres hijos Thiago, Mateo y Ciro, quienes aportaron también su granito de arena para que fuera una experiencia íntima y relajada.