El gobierno provincial presentó el proyecto de recuperación del Parque Regional Sur de la ciudad de Rosario, que incluye obras hidráulicas en el curso del arroyo Saladillo. La iniciativa cuenta con una inversión que supera los 3.000 millones de pesos. Los trabajos estabilizarán la cascada y protegerán el puente del Molino Blanco, para garantizar la conectividad.
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La obra se desarrollará en dos etapas: la primera prevé el reacondicionamiento estructural del puente Molino Blanco y la protección de la cascada para detener el retroceso de la misma; en tanto que la segunda, consiste en la ejecución de una pantalla de hormigón armado.
La primera etapa de la obra se pondrá en marcha la licitación el próximo 10 de septiembre, mientras que la segunda lo hará el 10 de octubre. “Es una obra compleja, pero entendemos que es un momento importante para hacerlo. La necesidad de protección de la conectividad, del puente del Molino Blanco, y la necesidad de frenar el retroceso de la cascada, llevan a iniciar las tareas lo antes posible”, dijo el gobernador Omar Perotti.
Luego, explicó que “es una obra con una inversión muy importante. Habrá aportes de recursos propios y de recursos nacionales, porque es el primer paso para ponernos a trabajar después con las áreas que corresponden al municipio de Rosario y al de Villa Gobernador Gálvez”.
Por su parte, el secretario de Empresas y Servicios Públicos del Ministerio de Infraestructura, Carlos Maina, recordó que “en la gestión del gobernador Jorge Obeid, por el año 2006, ya estábamos tratando de buscarle una solución a esta cascada y hoy el tiempo hizo que estemos trabajando contrarreloj”.
El funcionario remarcó “la satisfacción de que se haya podido terminar el proyecto y definitivamente tener las fechas de licitación”, porque “es una obra que muchas veces se prometió. Hoy estamos a las puertas de la solución definitiva”.
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Sobre el final, el secretario de Recursos Hídricos, Roberto Gioria, indicó que “estas obras son de alta complejidad porque las metodologías constructivas no son fáciles. El principal problema es el retroceso de la cascada, que desde 1988 a este momento retrocedió aproximadamente 20 metros por año, y en este momento está a 180 metros del puente Molino Blanco”.
Y concluyó que “lo importante es tratar de parar ese retroceso y defender el puente, porque si hay un corrimiento muy fuerte, se ponen en riesgo los otros puentes río arriba”.