Los nacimientos a veces se pueden planificar y otros son tan sorpresivos que se transforman en anécdotas familiares: ese es el caso de Jeremías, un bebé de Rosario que “no pudo esperar” a que su mamá llegue al Sanatorio de la Mujer y nació arriba del auto de su padre. Otra perlita, que vuelve hermosa esta historia: su abuela hizo de partera.
Alegría y mucho amor, es lo que vive la familia de Jeremías ahora que “salió de la panza”, pero los momentos previos fueron muy intensos, sorpresivos y seguramente les generaron miedo, porque su mamá Romina, no llegó al Sanatorio y su familia tuvo que “auxiliarla” en el trabajo de parto arriba de un auto.
Adriana, la flamante abuela, contó en diálogo con LT8, que todo se produjo muy rápido: “Me llamó el marido de mi hija a eso de las 8 y me dijo ‘Venite que Romina está muy mal, muy dolorida’. Cargamos todo rápido en el auto y me quedé en la parte trasera dándole contención por las fuertes contracciones que tenía”.
Ellos estaban en Empalme Graneros y tenían que llegar al Sanatorio de la Mujer, el recorrido era largo y el bebé quiso “salir a conocerlos” antes de que un médico los asista. “En un momento dado me dice ‘¡Mami, ya viene!. Le dije que no, que le parecía a ella. Ella insistió y me dijo ‘¡No, mamá, ya viene...!’”, contó Adriana.
Y tal como dijo la madre, Jeremías estaba en camino: “Le bajé la calza y se veía la cabecita. Pujó un poco y lo sacamos. Lo sostuve por primera vez, emocionante...”, relató la abuela y detalló que cuando esto ocurrió estaban a cinco cuadras del centro de salud. Cuando llegaron a destino, médicos y enfermeras esperaban a Romina y al bebé para controlarlos.
Adriana está feliz, pero reconoció que nunca pensó pasar por esto: “Tuve cuatro hijos, pero nunca me había tocado asistir en un parto”. Ahora, el bebé que no pudo esperar, ya está con su mamá, “una reina”, tomando la teta, detalló su abuela.