El temor a perder el empleo lleva a muchos trabajadores a tolerar condiciones de precarización y abusos de sus patrones en bares y restaurantes de la ciudad. Desde el sindicato de Gastronómicos alertaron que cayó el número de este tipo de denuncias, y no precisamente porque hayan bajado las irregularidades.
"Veníamos trabajando bien el tema del empleo en negro o mal registrado en conjunto con el Ministerio y la Afip, pero la situación económica nos tiró para atrás todo lo que avanzamos", manifestó Sergio Ricupero, titular del Sindicato de Empleados Gastronómicos (Uthgra).
"Antes llegaba una gran cantidad de denuncias de trabajadores mal registrados, pero ahora esto está bastante parado por temor al desempleo", manifestó en diálogo con Vía Rosario, y dejó en claro que este año cerrará muy por debajo de las 300 a 350 reclamos por contratos irregulares.
Una práctica habitual de muchos empresarios del sector consiste en contratar a un empleado por una cierta cantidad de horas, pero hacer figurar en los registros que trabaja menos. De esta forma obtiene una reducción del gasto en aportes sociales y en algunos casos también en salario.
Uno de los últimos operativos realizados por las autoridades durante el último verano detectó un 40% de informalidad (en 2016 la cifra llegaba al 60%) en bares y restaurantes rosarinos. También se constataron irregularidades en la facturación de los negocios.
"Lamentablemente sigue ocurriendo que hay compañeros que trabajan ocho horas pero los anotan por cuatro, sobre todo teniendo en cuenta que ante la caída de las ventas, muchos titulares de locales optan por recortar por el lado de los salarios", explicó.
Ricupero destacó que más allá de esta situación, y pese al contexto de baja de la facturación del sector del orden del 30%, no se han registrado gran cantidad de despidos. "A partir de acuerdos con el Ministerio y la Cámara de Gastronómicos, se lograron frenar despidos y suspensiones masivos", apuntó.