La tercera jornada del juicio por narcotráfico a parte de los presuntos líderes de "Los Monos" se caracterizó por la retirada de Ariel Máximo Cantero de la audiencia que seguía por videoconferencia desde la cárcel de Ezeiza, ya que la Justicia lo autorizó a ausentarse en la medida que no sea requerido por su defensa o las partes en litigio.
"Estoy totalmente disconforme y mal psicológicamente. Vivo esposado desde que me levantan a las 7 de la mañana. Nos dan un sánguche, un poco de agua y a la cucha de vuelta", graficó "Guille" a la hora de su primera declaración en el proceso que se lleva a cabo en los Tribunales federales rosarinos.
Luego de asegurar que lleva tres meses sin ver a su familia después de ser trasladado desde Resistencia, pidió al tribunal que le permitan regresar a Chaco porque allí existe un régimen más flexibles de visitas en días continuos. Sobre su situación actual, remarcó que el penal bonaerense sólo permite dos ingresos a la semana desde las 3 hasta las 5.
El juez Ricardo Vázquez se encargó de denegar la solicitud entre otras resoluciones que comunicó a los abogados y las 39 personas acusadas, entre las cuales hubo otras que también recibieron el visto bueno para dejar de presenciar o seguir por video el debate. La más importante de las decisiones fue la negativa ante los planteos de nulidad interpuestos por Carlos Edwards, uno de los abogados de Cantero.
El magistrado hizo un "fuerte llamado de atención a defensas y acusados por conductas dilatorias" a la hora de argumentar la respuesta junto con sus pares y reiteró la advertencia cuatro horas más tarde, cuando los letrados pidieron que se postergue el inicio de la declaración de los testigos. El fiscal Federico Reynares Solari consideró una "demasía" el recurso, pero finalmente el tribunal manifestó: "Vamos a suspender para evitar que pueda haber algún tipo de afectación".
Antes del cierre que se produjo pasadas las 14, Jorge Emanuel Chamorro también hizo uso de la palabra entre los principales acusados y acusó "un daño gigantesco en lo social y lo psicológico" mientras reiteraba que estuvo "al borde de la muerte" luego de ser apuñalado en un "atentado" a principios de 2016 dentro de la cárcel de Neuquén.
"Siento que no me respetaron mis derechos. Todo este tiempo detenido nunca tuve la posibilidad de terminar el quinto año de la secundaria. No es un capricho mío, es un derecho como el derecho a trabajar" se lamentó "Ema". A esto agregó por otra parte: "Siempre estuve aislado y me cortaron el vínculo familiar. Cuando estuve internado, no le dieron permiso a mi pareja para que me viera".