Rescataron a una santafesina secuestrada durante 20 años por su familia

La mujer fue encerrada por su padre porque tenía novio. Cuando el hombre murió, el hijo mayor continuó el calvario. Ocurrió en Venado Tuerto.

La víctima pasó la mitad de su vida encerrada en una vivienda de Dorrego 2344, en el barrio San José Obrero.
La víctima pasó la mitad de su vida encerrada en una vivienda de Dorrego 2344, en el barrio San José Obrero.

Una mujer que permaneció dos décadas secuestrada en la casa de sus padres fue rescata en Venado Tuerto gracias a la insistencia de su vecina que durante años denunció en la comisaría que la oía gritar y golpear las paredes.

La víctima, Marisa Almirón de 42 años, pasó la mitad de su vida encerrada en una vivienda de Dorrego 2344, en el barrio San José Obrero, primero por su padre, porque tenía novio, y cuando este murió fue su hermano mayor la persona a cargo de su reclusión, quien adujo que ella tenía problemas mentales, aunque no fue confirmada esta patología.

Durante ese tiempo, la mujer fue sometida a un "calvario", tal como lo describió Mirta su vecina, que durante 12 años realizó denuncias. Sin embargo, cada vez que los policías llegaban a la puerta de la casa, los moradores les exigían una orden para ingresar, no pudiendo avanzar en la causa.

"En total son seis hermanos. Todos sabían lo que pasaba. Intentaron taparlo pero yo no podía quedarme sin hacer nada porque mi casa se volvió un infierno porque se escuchaba el sufrimiento. Eran tremendos los tormentos que pasaba esa chica", aseguró Mirta.

La vecina, cansada de que no pudieran hacer nada por la mujer secuestrada, optó por contarle a la concejala Liliana Roston sobre lo sucedido. A partir de allí, Marisa pudo ser rescatada.

Los policías la encontraron encerrada y desnuda en una habitación con las puertas y ventanas tapadas, en estado de desnutrición y deshidratación. Una ambulancia del Sies la asistió y trasladó al Hospital Gutiérrez donde permanece internada.

"Los hermanos me amenazan. Me dicen que deje todo como estaba. Yo veo cómo el tipo camina por la calle como si nada hubiera pasado y me indigna, porque eso significa, además, que el resto de los vecinos estamos en peligro", contó Roston.

La jueza de Familia, Nancy Grasso,  deberá resolver el destino de la mujer una vez que sea dada de alta.