Todo indica que se acerca la hora de la sentencia en el largo, extenuante y errático juicio contra Marcelo Macarrón, acusado de haber encargado el asesinato de su esposa Nora Dalmasso, en noviembre de 2006, en un barrio privado de la ciudad de Río Cuarto.
En la última audiencia, la defensa de Macarrón accedió al pedido de la parte acusatoria, que pretendía remover a unos 80 testigos que debían declarar, pero cuya participación ya no es relevante para la causa, según argumentaron.
La semana anterior el fiscal Rivero opinó que los testimonios de esas personas ya no son útiles para la acusación, e indicó que se trata de testigos que oportunamente fueron citados para abonar algunas de las distintas líneas investigativas que tuvo el caso.
Sobre esta depuración, Rivero expresó que a esta altura del juicio debe primar el criterio de “necesariedad”, para las conclusiones a las que deberán arribar el fiscal y los defensores, a la hora de los alegatos.
Ahora, con el visto bueno del abogado Marcelo Brito se eliminaron estos testimonios por lo que ya no habrá más testigos presenciales y se procederá a la lectura de unas 60 declaraciones más, a partir de la audiencia de este miércoles, informaron fuentes de Tribunales al diario Puntal.
Con este dato, se estima que el juicio iniciado en marzo último ya está entrando en el tramo final luego de una maratónica sucesión de 72 testigos que pasaron por la sala, muchos de los cuales no aportaron demasiado en la búsqueda de determinar qué grado de responsabilidad podría haber tenido el único acusado, Macarrón.
Así las cosas, una vez finalizadas las lecturas de los testimonios que restan ya no quedaría espacio más que para los alegatos y el fallo del Tribunal, lo que podría producirse justo antes del comienzo de la feria judicial de invierno, en julio.