Alicia Rodich tiene 35 años y es una productora agricola junto a sus padres, esposo e hijos. Situada en la localidad chaqueña de Las Garcitas, la mujer heredó los campos de su padre que estaban casi abandonados. Pero puso toda su dedicación a las tareas de agricultura e inició trabajos de ganadería, tanto en su campo como en los de terceros.
En estos tiempos de pandemia, trabaja en 600 hectáreas donde produce los principales cultivos y 60 hectáreas dedicadas a la cría de animales. En un momento alcanzaron a trabajar 2.800 hectáreas, pero hoy solo tiene 600 hectáreas que para Alicia "es suficiente".
Cuando su padre le dejó el campo, quien se había dedicado solo a la ganadería, los lotes agrícolas estaban infestados de malezas. "Fue como comenzar de nuevo porque los lotes había que recuperarlos", contó a Clarín.
Alicia tiene 600 cabezas de ganado y su producción se basa en 100 potreros rotativos de 70 metros por 110 metros. "No hace falta tener extensiones grandes para hacer ganadería. Esto representa 70 hectáreas donde se mueve toda la hacienda", explicó.
En el año 2018 comenzó a hacerse cargo de las cosechas del campo y presta servicio a terceros. De su padre heredó dos cosechadoras de algodón, una de granos, tres tractores y recientemente compró una plataforma de maíz. Está probando realizar producciones de cultivos hidropónicos con el objetivo de alimentar a la hacienda.
Debido al clima y las sequías que vienen azotando la zona en los últimos tiempos, la mujer contó que "lo entiendo más que nunca a mi papá. Para la agricultura los costos son elevadísimos y las producciones no son importantes". No obstante, agregó: "La ganadería me está salvando siempre, pero como ingeniera no quiero dejar de producir porque es mi profesión".
"Puedo hacer todo y no dependo de nadie"
Ante la falta de lluvias en la zona, le está buscando la vuelta y la encontró con los cultivos hidropónicos para darle como alimento al ganado. Son a baja escala como prueba y buscan poder llevarlos a campo. En esta primera prueba, está produciendo trigo, avena y raigrás. En primavera-verano hará maíz.
"Con las inundaciones que sufrimos en Semana Santa, perdimos la cosecha. Teníamos una soja espectacular. Y ahí como mujer pensé cómo puedo depender de otros. Si la máquina es mía: aprendí a cosechar y ahora no dependo de nadie", describió Alicia.
"Muchos me critican porque tengo las uñas pintadas y por las zapatillas que uso. ¡Oigan, soy mujer. Puedo hacer todo!", remarcó.