Como reguero de pólvora, este martes comenzó a multiplicarse un mismo mensaje en los celulares. En el mismo se advertía que la Universidad Nacional de Rafaela utilizaría la infraestructura de la exNormal para el desarrollo de sus actividades académicas en horario nocturno, de 18 a 23. Como en los tiempos en que lo hacía el Instituto Superior del Profesorado, hasta el traslado al nuevo edificio.
En ese predio, frente a la cancha de Atlético, conviven tres establecimientos educativos: la “Centenario N” 1247, la Escuela de Enseñanza Media N° 204 y el Jardín de Infantes N°218 “Cristina Faraudello de Aimino”.
El pedido incluiría 10 aulas, una oficina en la planta baja y el uso del salón de usos múltiples, a cambio de la colaboración en proyectos educativos. Y es que tiene un problema: su crecimiento exponencial de la matrícula supera al de las obras de los laboratorios (que se inaugurarían ahora) y las aulas (recién en 2021, aunque todavía no se adjudicó la licitación hecha en diciembre pasado).
La UNRaf ya tiene un convenio firmado con la Universidad Tecnológica Nacional para el uso del edificio en Bv. Roca y Artigas. También usufructúa otras locaciones: un edificio en la otra mano de Artigas y el Club de Emprendedores, sobre Bv. Roca al 980.
También hizo uso de otras escuelas: la 25 de Mayo, por ejemplo, a lo largo de 2019. Y se había hablado de la Escuela Rivadavia, antes de la llegada de la pandemia.
El rechazo, al menos virtual, que se viralizaba en los mensajes, indicaba que la ocupación por la tarde del edificio evitaba “la limpieza, higiene y la ventilación necesaria en esta época de pandemia que estamos viviendo. Además de establecer un contrato donde no colaborarían económicamente con la manutención del edificio. Esto es a nuestro parecer, un atropello a la salud, a la educación y al modelo sanitario que debe imponerse. Por favor, viralicemos y tratemos de todos modos, de evitar que esto ocurra”. Claro que el mensaje no tenía firma.