Una causa que no avanzó: el padre de la familia asesinada había sido denunciado por su hijastra

Gabriel Cáceres, quien se suicidó tras matar a su esposa e hijo, tenía una denuncia por maltrato radicada por la hija de la mujer en 2021. La chica debió irse a vivir a la casa de un tío.

Una causa que no avanzó: el padre de la familia asesinada había sido denunciado por su hijastra
Gabriel Cáceres y su esposa María Daniela Carco.

La hija de Daniela Carco, la mujer asesinada junto a su hijo en la localidad de Florida, había denunciado a Gabriel Cáceres, el asesino y suicida, por maltratos, más específicamente, por golpes y amenazas. Al momento de la denuncia, en enero de 2021, la joven tenía 17 años.

Como la causa no prosperó penalmente, la chica debió dejar la casa e irse a vivir a la casa de un familiar. En esa ocasión, la joven contó en la comisaría que padecía maltratos de su padrastro y que cuando ella tenía 14 fue la primera vez que la golpeó por verse con un amigo.

La casa donde ocurrieron los dos asesinatos y el suicidio.
La casa donde ocurrieron los dos asesinatos y el suicidio.

Según relató, el día de la denuncia Cáceres la llamó para que regresara a la casa porque había salido sin permiso. Cuando la entonces menor se estaba bañando, el hombre ingresó y le dijo que tenía “20 minutos para bajar y estar en el salón seca y con una sonrisa” para “arreglar las cosas” o que si no se vaya de la casa.

La adolescente contó que preparó una mochila y cuando estaba saliendo de la vivienda, Cáceres la tomó de los cabellos, la metió en la casa y le dijo “vos no te vas a ningún lado, tenés que empezar a comportarte”. Luego, le sacó la mochila, le rompió la ropa que llevaba y, cuando ella insultó a su madre y a su hermanito, su padrastro la golpeó en la cabeza con la mano abierta y la arrastró hacia un patio.

En este contexto, llegó la policía a la vivienda y la chica hizo la denuncia, pero la causa no avanzó por no “constatarse lesiones”, pero sí “se impulsó una intervención asistencial con actuación de organismos de protección de la niñez y asistencia a la víctima” A partir de eso, se tomó una “medida de abrigo”, que consistió en que la adolescente se fuera a vivir con un tío, hermano de su madre.

“Había un claro conflicto de convivencia entre la adolescente, su madre y el padrastro, con algunas cuestiones privadas de la chica que no se revelan por resguardo, pero esa situación no dio pautas de alarma para lo que se descubrió en la casa de la familia. La chica no hizo referencia a que hubiera violencia hacia su madre y su hermanito. Solo su conflicto”, señalaron fuentes judiciales.

Qué cuentan los vecinos sobre la familia Cáceres

Los vecinos de la familia Cáceres se mostraron consternados por lo ocurrido, aunque en mayor medida no los conocían tanto: según trascendió, el matrimonio alquilaba esa casa desde hace tres meses. Habían pagado $350.000 para ingresar a la propiedad y también habían pagado casi la totalidad de las cuotas del año en el colegio Cuarto Creciente, adonde acudía Leonel, el nene de siete años asesinado.

La familia asesinada. Cáceres había sido denunciado por su hijastra.
La familia asesinada. Cáceres había sido denunciado por su hijastra.

En una de las casas pegadas a la casa donde se dieron la muertes, una mujer confirmó haberlos visto “en varias oportunidades, incluso con el nene”. Sin embargo, nunca nada la hizo sospechar que podría ocurrir un desenlace tan trágico como este.

Pocos tenían contacto frecuente con las víctimas y el homicida. Sí se confirmó que el auto de Cáceres, un Nissan Versa gris oscuro, había quedado estacionado el lunes casi en la puerta del domicilio, donde todavía permanecía mientras los peritos recorrían la vivienda.

Ellos no formaban parte del grupo de WhatsApp de seguridad que teníamos en la manzana”, dice un vecino. “Una familia que se mudó acá hace una semana ya se sumó al chat, era anormal que ellos no lo hicieran estando en el barrio hace más tiempo”, agrega.

Los peritos de la policía bonaerense que trabajaron en la escena del doble crimen estimaron que las muertes habrían ocurrido 48 horas antes del hallazgo de los cuerpos. Las autopsias determinarán, finalmente, el momento de los decesos y la forma en que fallecieron las víctimas y el victimario.