Un momento de suma ternura y amor por los animales fue lo que sucedió el pasado martes 30 de mayo, en la localidad balnearia de San Clemente del Tuyú, provincia de Buenos Aires. Un lobo marino macho juvenil pudo ser regresado al mar, gracias a la ayuda de rescatistas que lo curaron.
El animal, de la especie de Dos Pelos Sudamericano (Arctocephalus australis), había sido encontrado malherido en la localidad de Aguas Verdes, y un vecino del lugar dio aviso a la Fundación Mundo Marino. Allí, se percataron de que tenía en su cuello un elemento extraño que lo estaba lastimando.
El lobo marino pasó por un período de rehabilitación de tres semanas antes de regresar al mar, en el centro de rescate de la mencionada fundación. Había ingresado a la misma el 11 de mayo, a raíz de una profunda herida en su cuello, producida por un zuncho plástico, de los que se utiliza para embalajes industriales.
“Luego de finalizar el tratamiento con antibióticos y antianémicos, se le extrajo una segunda muestra de sangre que arrojó parámetros normales. Además, la herida se cicatrizó muy rápido a partir de la serie de curaciones que le fuimos haciendo. Junto a que mostró una buena actitud y mantuvo una buena condición corporal, el lobito demostró que ya estaba apto para volver al mar”, relató la médica veterinaria del Parque Educativo Mundo Marino y de la Fundación Mundo Marino, Bianca Mancini.
Nuevas incorporaciones al mar
Junto con la reincorporación de este lobo marino, esa misma mañana también reingresaron otro lobo marino macho juvenil de la misma especie y un elefante marino del sur (Mirounga leonina).
Para el primer caso, intervino la Fundación Rescate Verdemar que pudo asistir al lobo marino que fue encontrado en Villa Gesell el 1° de mayo. A posteriori, los técnicos de la Fundación Mundo Marino constataron que tenía una herida en su zona lateral del abdomen y en su cadera: “No pudimos determinar la causa de esa herida porque estaba muy infectada. Además de los antibióticos, le suministramos analgésicos y antiinflamatorios por el dolor que tenía. Pero lo importante es que el animal respondió bien al tratamiento y que recuperó una buena condición corporal que le permitió regresar al mar”, recalcó Mancini.
Con respecto al elefante marino, fue encontrado el pasado martes 2 de mayo, en el estacionamiento de un complejo turístico en San Clemente del Tuyú, a la altura de la Calle 105 y el mar.
También fue vital el llamado de un vecino al centro de rescate de la Fundación Mundo Marino: “Por el lugar en el que fue encontrado, determinamos que lo mejor para su bienestar sería llevarlo a una playa tranquila, pero al entrar al agua, entraba a nadar paralelo a la costa en vez de apuntar mar adentro, y, al salir, apuntaba hacia el centro urbano de San Clemente. Este comportamiento lo repitió en dos oportunidades. Dejarlo en una zona urbana, expuesto a perros y a las personas, no nos parecía lo mejor para el animal. Aunque el animal tenía buena actitud, decidimos llevarlo preventivamente al centro de rescate para hacerle un chequeo general, hacerle estudios, alimentarlo bien y darle un empujón más a su supervivencia”, detalló el biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, Sergio Rodríguez Heredia.
“Tenía heridas laterales en su cuerpo que presumimos pudieron haber sido generadas porque, para llegar hasta el lugar donde lo encontramos, tuvo que atravesar una duna de médanos con mucha vegetación, y al pasar por ahí, las ramas de los arbustos lo pudieron haber herido”, completó Rodríguez Heredia.
En el centro de rescate se le pudo hacer un examen clínico: “Los parámetros sanguíneos mostraron una leve deshidratación por lo que le suministramos sales rehidratantes junto al pescado sólido para revertir ese cuadro. También lo ayudamos a recuperar peso porque tenía una leve desnutrición”, detalló Mancini.
“Las heridas eran pequeñas, algunas eran de tipo circular y otras más de tipo rasgadas. Se le fueron haciendo curaciones y limpiezas locales y, además, le hicimos un tratamiento con antibiótico”, continuó.
Tras la reinserción de los tres animales, Rodríguez Heredia comentó: “Por la experiencia que tenemos en rehabilitación de estas especies, siempre que se trata de animales juveniles, puede suceder que vuelvan a salir a la playa, más allá de que estén sanos. Es un comportamiento que vemos que se suele dar en esa etapa etaria de los pinnípedos. Estaremos atentos, a través de nuestros monitoreos de playa, por si llegan a salir nuevamente”.