Tras confirmarse la noticia de la muerte del jugador de fútbol amateur que agredió brutalmente a un árbitro, Williams Alexander Tapón, de 24 años, su esposa dialogó con la prensa y contó cuáles fueron las últimas palabras del joven.
Alexander Tapón estaba acusado de “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo”, un delito que prevé de 10 a 15 años de prisión, por haberle pegado una patada en la nuca al árbitro Cristian Ariel Paniagua, de 36 años, tras haberse enojado por una decisión del partido.
El joven de 24 años, padre de cuatro hijos, fue hallado este lunes cerca de las 22 con un disparo en la región parietal en terrenos del ferrocarril Roca, sobre las calles General Paz al 1200 y Heredia, de la localidad de Gerli, a pocos metros de su vivienda.
Qué dijo Williams Alexander Tapón antes de morir
Según lo declarado por su esposa Agustina que dialogó con Crónica TV, el joven le expresó a través de mensajes de WhatsApp: ”Prefiero que sufran todo de una a que me vean sufriendo todos los días en la cárcel”.
Al mismo tiempo, comentó no saber de dónde el joven logró sacar el arma con la que se habría suicidado.
“Él estaba conmigo y con los nenes, jugando con mis hijos, en un momento me dice que se va, y antes de salir, me queda mirando, me da un beso y me abraza. Me puse a llorar, lo abracé y salió afuera. Me dijo que le haga milanesas y salió”, relató la mujer sobre los últimos instantes en los que vio al joven con vida.
La familia denuncia que hubo una extorsión
“La verdad es que estuve mal, lo admito. Fueron esos cinco minutos en los que no me pude controlar y reaccioné así hacia el referí. La única explicación que puedo dar es que tenía enojo. El árbitro no ayudó; de entrada estaba cobrando todo para ellos”, afirmó el joven en una entrevista con Canal 9, en la que se identificó como Dimitri, nombre que también empleaba en redes sociales.
El joven aseguró que habló con Paniagua y que este “quería que le pague 300 mil pesos para no hacer la denuncia”, según dijo. ”Le pedí disculpas, de todo corazón, y no me las aceptó. Sé que lo pude haber matado; no fue mi intención, me saqué. La gente no sabe, no soy así. Anoche (por el domingo) no pude ni dormir. Todos me dijeron que lo podría haber matado”, sostuvo.
Siempre según su denuncia ante la policía, Paniagua perdió el conocimiento y fue trasladado al hospital Presidente Perón de Avellaneda, donde fue atendido y luego dado de alta, sin que le brindaran información sobre un diagnóstico preciso de lo que le sucedió.
Finalmente, la UFI 4 de Avellaneda, a cargo de hechos vinculados a violencia en eventos deportivos, intervino de oficio horas antes, ya que el hombre no había realizado la denuncia, y caratuló al hecho como “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo”.