Soledad Fandiño y Nicolás Villalba iniciaron el pasado jueves su participación en el Bailando 2018. Además de la motivación propia por seguir avanzando en el certamen, ambos llevan a cuestas otro sueño: el de la comunidad mbya guaraní Ita Poty Miry, ubicada en el interior de la localidad misionera de Puerto Iguazú.
Este asentamiento fue creado hace tres años y está compuesto por 31 familias. A pesar de que es un lugar administrado de forma ordenado y que cuenta con una sala de primeros auxilios, actualmente no tiene una escuela en condiciones apropiadas para que asistan los niños de la aldea.
Este año, el Concejo General de Educación aprobó la creación de un aula satélite, ya que anteriormente los niños tenían clases bajo los árboles. Sin embargo, el salón que fue construido no posee baños y se inunda con las lluvias que azotan regularmente la región. Claudia, la única maestra del establecimiento, dicta clases para 38 alumnos de entre 4 y 16 años de edad.
Hace poco, estudiantes del segundo año del ISFD Mariano Moreno de Apóstoles visitaron el aula y quedaron conmovidos por lo observado. Tal es así, que la docente Mercedes López le pidió autorización al cacique para inscribirlos en el programa Bailando por un Sueño, que se emite por Canal Trece.
"Nos inscribió sin muchas esperanzas", señaló el jefe de Ita Poty Miri, Daniel Estanislado Acosta, en diálogo con El Territorio. "Pasó un tiempo y nos enteramos que nos eligieron. Para la comunidad es inédito, sobre todo si tenemos en cuenta que no miramos mucha tele y la verdad no conocíamos el programa, habíamos escuchado hablar de él y ahora tratamos de seguirlo", agregó.
La idea de la producción del programa es que Soledad y Nicolás visiten dentro de poco la comunidad, luego de su participación en el ciclo de aqua dance.