Ganaron un concurso de diseño de pabellones industriales autosustentables y trasladaron la idea a viviendas urbanas sustentables cuyo metro cuadrado de construcción cuesta la mitad que las tradicionales casas de ladrillo y cemento.
Los arquitectos misioneros Magalí Olivera y Claudio Zampa, del estudio Rol Arquitectura Consciente, diseñaron primero un "pabellón industrial de madera" que cumple con los requisitos de sustentabilidad como el ahorro de agua energía, seguridad, accesibilidad y otros puntos.
El concurso fue organizado por el Ministerio de Industria y el Parque Industrial Posadas y el desafío que se plantearon luego Olivera y Zampa con su pabellón, fue adaptarlo y convertirlo en una propuesta a la que pueda acceder la población.
Ambos profesionales buscaron que la vivienda fuera autosustentable en lo ecológico, uso de energía y que se adapte a cualquier orientación y terreno. También señalan que puede ser sustentable en lo social, al poder emplear a personal no necesariamente especializado para su construcción.
Jóvenes estudiantes y profesionales con propuestas innovadoras y sustentables, con materiales autóctonos, compitieron por este premio de 30 mil pesos y la dirección de obra. Como aún no se concretó la ejecución del proyecto, Magalí y Claudio adaptaron su propuesta al casco urbano y así crearon este modelo de casa de madera sustentable, inspirada en el anteproyecto ganador de dicho certamen.
"En una primera etapa consistían en pabellones industriales autosustentables y lo que quisimos era llevar a una materialización de nuestras ideas planteadas en el concurso, pero a una escala mejor que sería una vivienda urbana de madera y autosustentable y buscamos todos los lineamientos y traducimos todo para una vivienda urbana de familia", informó Claudio Zampa.
Agregó que una vivienda de este tipo tiene una durabilidad no menor de 25 años, pero que al igual que cualquier construcción requiere un mantenimiento. En cuanto al ahorro económico se da desde el sistema constructivo, en energía eléctrica y agua, aprovechando las aguas pluviales en una cisterna de hormigón con capacidad de 6.000 litros de agua, el suministro de agua para un mes y generaría un ahorro de hasta el 50% del consumo de este servicio.