El Papa Francisco está dolido por la polarización y la tensión social en la Argentina según la confesión que le hizo al primer grupo de 31 obispos argentinos que realizaron hoy su visita "ad limina" al pontífice. Allí estuvieron los obispos de Iguazú, Marcelo Martorell, de Posadas, Juan Rubén Martínez; y de Santo Tomé, Corrientes, Gustavo Montini.
Según contaron a medios argentinos el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel "Tucho" Fernández, y de Corrientes, Andrés Stanovnik. "Ustedes saben que hay una polarización en la Argentina y, en el caso del aborto, esa polarización se afirmó más aún. Y mencionó que le duele eso porque hace que haya jóvenes reticentes a escucharnos, después de todo este período de tanta discusión y con tanta fuerza", contó Fernández.
La visita ad limina se realiza cada cinco años, significa la obligación de los obispos de visitar los "umbrales" de las tumbas de San Pedro y San Pablo e informar sobre el estado de sus diócesis al Papa. El grupo estuvo integrado por prelados de las regiones platense, litoral y nordeste del país, con quienes se reunió más de dos horas en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.
En dos horas de un "diálogo muy abierto, cordial, fraterno y franco", el exarzobispo de Buenos Aires alentó a los obispos a seguir adelante en sus tareas pastorales, dándoles especial atención a los pobres, a los jóvenes y a la educación y buscando "liderazgos que ayuden al encuentro entre los argentinos".
Según contaron a medios argentinos el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel "Tucho" Fernández, y de Corrientes, Andrés Stanovnik, virtuales voceros del primer encuentro de este tipo entre el episcopado y un papa argentino, durante el encuentro se habló del país desde el punto de vista pastoral y el Papa se manifestó dolido por la polarización y la tensión social.
Reiteró su "deseo" de visitar su país, pero no dio ninguna pista de cuándo se haría este postergado viaje o si está en sus planes inmediatos. "Solo sabemos que es difícil", relató Fernández a Elisabetta Piqué del diario La Nación.
Los obispos cuestionaron ante Francisco la forma en la que es tratado en medios argentinos. Por ejemplo la mínima repercusión del gsto papal de besar los pies a líderes políticos de Sudán para que hagan la paz. Y el Papa respondió: "No le echemos la culpa a la Argentina, en realidad este es un fenómeno mundial", agregó el arzobispo.
"¡Un estúpido dice que el Papa tiene el dinero de Cristina en el Vaticano y hay gente tonta, hasta curas, que se creen semejante barbaridad! Y uno dice '¡pero en qué nivel estamos, Dios mío! Con lo cual lo de la educación que mencionó el Papa se ve con más claridad todavía. ¿Qué educación hemos dado, incluso dentro de la Iglesia, donde nuestra propia gente se cree cualquier cosa? ¿Cómo damos marcha atrás con todo esto?", se preguntó Fernández. El teólogo preferido del Papa aseguró que "ya no hay ética periodística y profesional y que hay que ser más crítico y que hay que estar atento a no creerse cualquier cosa".
Stanovnik, el arzobispo de Corrientes lamentó que los medios hagan "un trabajo de deterioro de la figura" del Papa que, según quiso destacar, "no condice con el sentir del pueblo". "Nosotros estamos en contacto con nuestra gente y sentimos que nuestra gente lo quiere al Papa, lo valora y espera su visita naturalmente", dijo.