El presidente Javier Milei se mostró triunfante tras presentar su mega DNU para iniciar una radical desregulación de la economía, desestimó las crecientes críticas y los cacerolazos, y advirtió que habrá más medidas para “desmontar esa máquina de impedir en la que se convirtió el Estado argentino”. Lo cierto es que la avanzada abrió un frente de tensión entre los poderes y hasta varios de los circunstanciales aliados del libertario salieron a tomar distancia.
“Las repercusiones han sido verdaderamente importantísimas. Hasta en las filas propias estaban sorprendidos del nivel de profundidad en la decisión. Y les aviso que viene más, hay más”, evaluó el presidente.
Milei midió su aparición y solamente le concedió una extensa entrevista a Radio Rivadavia. Allí minimizó las protestas que se produjeron el jueves a la noche, tras el anuncio, y que incluyeron una movilización al Congreso de la Nación. “Puede ser que haya gente que sufre síndrome de estocolmo. Están abrazados y enamorados del modelo que los empobrece, pero eso no es la mayoría de los argentinos”, lanzó.
En rigor, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que incluye más de 300 reformas, sacudió el avispero y hasta el ex presidente Alberto Fernández rompió el silencio para enviar una dura advertencia antes de iniciar su viaje a España.
“La República está en riesgo por el desatino que exhibe el Presidente al dictar medidas contrarias a la Constitución y a los intereses de nuestro pueblo. A él le cabe la responsabilidad de vulnerar groseramente las normas del Estado de Derecho”, apuntó el ex mandatario peronista.
Milei no tardó en rechazar los planteos de su antecesor. “No, la República está en riesgo con el populismo, no con la libertad. Las cosas que hemos presentado creo que representan en su mejor forma el espíritu alberdiano”, replicó.
A las críticas se sumaron otros referentes de la ahora oposición y del sindicalismo, con la CGT a la cabeza que emprendió frenéticas reuniones y habilitó la posibilidad de un paro.
En el kirchnerismo prometieron una “lluvia” de acciones judiciales. El primer amparo colectivo lo presentó la Asociación Civil Observatorio del Derecho a la Ciudad, que integran Claudio Lozano y el sindicalista Hugo “Cachorro” Godoy, entre otros
Pero además hubo cuestionamientos en la Unión Cívica Radical (UCR), a través de su flamante presidente Martín Lousteau y de un comunicado de la mesa nacional, en la Coalición Cívica y en la pata peronista de JPC personificada en Miguel Angel Pichetto.
“Ninguna crisis se resuelve avasallando la institucionalidad democrática”, se quejaron los radicales. En la misma línea se pronunció Pichetto, al remarcar que “esto es una República” y que “el Presidente debe gobernar con el Congreso”.
A diferencia del peronismo, estas observaciones apuntaron más a la forma que al contenido del DNU. Por ello habrá que ver si ese malestar resultó apenas una exposición de matices o si efectivamente complica el futuro del DNU, que deberá someterse a la consideración de la bicameral, de los diputados y de los senadores. La normativa indica que, para frenar el decreto, se necesita el rechazo de ambas cámaras.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, actuó con celeridad para tratar de despejar el frente en el Congreso y el jueves se trasladó a las oficinas del titular de la Cámara baja, MartínMenem, quien deberá sortear el obstáculo con su par del Senado, la vicepresidenta Victoria Villarruel.
En simultáneos Francos apeló a su buena llegada a los referentes sindicales para tratar de contener.
En tren de moderar los ánimos, el ex presidente Mauricio Macri difundió un mensaje para pedir “responsabilidad y grandeza” para acompañar el DNU. “Las medidas anunciadas requieren respaldo total y una prolijidad fiscal de hierro”, convocó.
Con la presentación del DNU, el libertario ratificó su voluntad de jugar a los extremos. Es el modus operandi que bien definió la ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio y ahora ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: “Si no es todo, es nada.¡El cambio en marcha a toda velocidad!”.
El Jefe de Estado justifica esa jugada al señalar que el otro camino desatará una crisis aún mayor. “Hay muchas de las cosas del paquete de estabilización que a mi no me caen simpáticas pero resuelvo en la urgencia de evitar la hiperinflación”, dijo.
Aunque evitó precisar el resto de las medidas que anunciará, deslizó que en su equipo trabajan para avanzar sobre “380.000 regulaciones”. Para que todo salga a la luz, aún resta que el Presidente concrete el llamado a sesiones extraordinarias y que gire al Congreso su paquete de leyes, con el que se tratará de revertir la modificación de Ganancias y dejar sin efecto la fórmula de movilidad jubilatoria, entre otros temas.
Se presume que la convocatoria debería formalizarse en las próximas horas. En medio de las negociaciones abiertas con los mandatarios provinciales preocupados por los sacrificios fiscales en sus jurisdicciones, Milei envió otro mensaje.
“No vamos a coparticipar el Impuesto al Cheque, de ninguna manera. El problema es que hoy las provincias tienen un déficit equivalente a 1 punto del PBI. No vamos a modificar las transferencias, la política de déficit cero es inamovible”, sentenció.