El presidente Javier Milei continúa con su agenda no oficial en España, adonde llegó a fin de presentar su libro “El camino del libertario” y para participar de la convención del partido de ultraderecha Vox, denominada Europa Viva 2024, al que estuvieron invitados diversos líderes internacionales.
En medio de una ovación y presentado como “el presidente que va a volver a Argentina al lugar que merece”, Milei se subió al escenario este domingo para brindar su discurso y repasar el plan de Gobierno que implementó.
En primer lugar agradeció la invitación y recordó lo “solo” que estaba cuando empezó con sus propuestas, ponderando que uno de los pocos que lo apoyó fue Santiago Abascal, presidente de Vox.
“Las ideas de la libertad necesitan ser defendidas del asedio del maldito y cancérigeno socialismo”, comenzó con sus típicos conceptos. “Los malditos socialistas asesinaron a 150 millones de seres humanos”, subrayó.
“En 35 años nos convertimos en una potencia mundial. Éramos la meca de occidente. Pero en algún momento, la política se enamoró del Estado y comenzaron los 100 años de decandencia”, resumió, argumentando el déficit fiscal y el aumento del gasto público.
“Basta de socialismo, basta de hambre, basta de miseria”, vociferó.
Al hablar de cómo “el capitalismo sacó de la pobreza a la población”, pese a que esta “se multiplicó en ocho veces” forzó una referencia al aborto, medida con la que no acuerda ni su Gobierno ni los principios de Vox. “Que lidien con ese dato los malditos aborteros”, dijo, esperando el aplauso.
“A pesar del llanto de la izquierda, el mercado libre genera prosperidad para todos, no solo para algunos”, indicó.
Dura crítica al socialismo
“Abrirle la puerta al socialismo es invitar a la muerte”, manifestó.
Milei expuso todo su discurso antisocialista basado en tres conceptos que repitió en varios pasajes: “Envidia, odio y resentimiento”. Aseguró que las ideas de la justicia social “son injustas” porque terminan impidiendo el crecimiento económico.
“Viven proyectando sus miserias en el resto”, afirmó. Y aseguró que lo mejor para los trabajadores es que “pacten contratos libremente con sus empleadores”.
También se mostró en contra de las políticas de género y señaló que lo mejor para las mujeres es “dejar de tratarlas como víctimas que necesitan tratos especiales”. “¿No alcanza con ser iguales ante la ley?”, preguntó.
Sobre el rol de Estado señaló que hay que terminar con la idea “parasitaria” de que debe cuidar a los ciudadanos desde “la cuna hasta la tumba”. “En caso de existir el Estado, su tarea es defender la vida, la libertad y la propiedad privada de los individuos”, subrayó, ante el ensordecedor aplauso del auditorio.
Los presentes se pusieron de pie cuando hizo referencia al escándalo que envolvió al presidente español Pedro Sánchez, quien mantuvo por una semana el interrogante sobre su futuro en el cargo tras las denuncias de corrupción que recayeron sobre su esposa. Señaló que se atornillan al poder, “aún cuando tienen la mujer corrupta, se ensucian y se toman cinco días para pensarlo”.
“Argentina es un país infectado de socialismo hace décadas. O quizás debería decir ‘era’”, enfatizó. “Me importa un rábano lo que opinen los zurdos. No hay nada que puedan hacer para cambiar el rumbo”, agregó.
“Todos los que estamos acá debemos decirles ‘basta’ al odio, al resentimiento y la envidia. Basta a la pretensión de vivir en un mundo de cristal sin que nadie se pueda sentir ofendido”, enfatizó.
“Estamos cumpliendo a rajatabla la promesa que le hicimos a los argentinos”, dijo sobre su gestión. “Hemos reducido la inflación, bajamos la tasa de interés sin que se dispare el tipo de cambio, estamos haciendo el ajuste más grande de la historia y para espanto de todo el zurderío la sociedad nos sigue apoyando con la misma convicción del 10 de diciembre”, señaló. “Llora la izquierda local e internacional”, agregó.