Este miércoles comenzó la etapa final del juicio a los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa, que tuvo lugar en Villa Gesell en enero de 2020. La fiscalía fue la primera en dar sus alegatos durante la jornada, afirmando que todos los imputados son “coautores” y tuvieron “el codominio” del homicidio.
Luego fue el turno de la defensa del particular damnificado, comenzando por Fernando Burlando, a quien le siguieron sus colegas Facundo y Fabián Améndola.
Este jueves será el turno del alegato de Hugo Tomei, el abogado defensor de los imputados, quien busca cambiar el tipo de delito al que apuntan desde la familia Báez Sosa.
Los miembros del Ministerio Público Fiscal, a cargo de Juan Manuel Dávila y Gustavo García, pidieron la reclusión perpetúa para los ocho imputados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23). A su turno, también la querella pidió la misma condena.
Por qué la fiscalía pidio prisión perpetua para los ocho acusados
El fiscal Juan Manuel Dávila aseguró en su alegato que los ocho rugbiers imputados son “coautores” del homicidio de Fernando Báez Sosa porque tuvieron “el codominio del hecho, la posibilidad de emprender, proseguir y detener el curso causal del delito”.
En el inicio de su exposición, el representante del Ministerio Público Fiscal ratificó la acusación inicial que postuló al comenzar el juicio. Afirmó que “todos los imputados tuvieron una participación activa” en el crimen del joven estudiante de abogacía.
Antes, su colega el fiscal Gustavo García había considerado que los imputados atacaron “por sorpresa, a traición, sin que tuviera ninguna posibilidad de defenderse” y sostuvo que “no hubo pelea” entre ambos grupos, por lo que encuadró el delito en la figura de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones”.
En las casi dos horas que duró su alegato, García repasó con la exposición de unas filminas la prueba presentada a partir de los testimonios de cuatro amigos de Fernando y tres empleados del boliche “Le Brique” de Villa Gesell, para referirse al incidente en el interior del lugar, que consideró “el móvil” que generó que lo mataran afuera.
La fiscalía exhibió las imágenes captadas adentro del boliche y analizadas por la Policía Federal Argentina, dónde, según dijo García, “se observa a Máximo Thomsen señalando a alguien”.”Estamos convencidos de que era a Fernando y luego hace un gesto amenazante”, expuso el fiscal.
Luego se reprodujeron en la sala de audiencias los videos sincronizados del momento en que son expulsados del boliche tanto el grupo de acusados como el de Fernando. García dijo que tras la expulsión de “Le Brique”, los acusados permanecieron “alrededor de siete minutos cerca de Fernando y sus amigos, acordando durante ese período de tiempo matar a Fernando Báez Sosa esperando el momento adecuado para hacerlo”.
El abogado defensor, Hugo Tomei, cuestionó técnicamente la reproducción del video analizado por García porque entendió que “se asemeja más a una prueba que a un alegato” y consideró que es “un montaje” y “una prueba nueva” no adecuada para esta instancia. Este argumento fue rechazado por la presidenta del Tribunal, María Claudia Castro, quien dijo que el apoyo fílmico del alegato “es una metodología aprobada” y permitió que el Ministerio Público siguiera adelante.
García continuó con su alegato e hizo referencia a que “la alevosía agrava la menor posibilidad de defensa de la víctima” por una “situación de indefensión” y que “esta indefensión puede provenir por la inadvertencia de la víctima y también ser provocada por el agente”.
En cuanto al concurso premeditado de dos (o más personas), señaló que puede “ser instantáneo”, “no requiere mucha deliberación” y que en este caso los imputados “siete minutos antes de iniciar el ataque se encontraron en la misma vereda a pocos metros de Fernando”.
”De alguna manera en este hecho hubo una estrategia o una planificación de cómo iniciar el ataque”, dijo. El fiscal indicó que entre los ocho acusados “no hubo roles, todos hicieron todo, todos se pusieron de acuerdo para matar a Fernando, todos lo golpearon”. ”No hubo pelea, obviamente que no hubo pelea”, afirmó García, quien se refirió además la patada que dejó una impronta en el rostro de la víctima y que de acuerdo a las pericias realizadas fue hecha con la zapatilla Cyclone que pertenecía a Thomsen. “Los toreros se llevan la oreja del toro, eso fue dejarle el sello a Fernando”, afirmó.
Luego reiteró que “hubo concurso premeditado de dos o más personas que se pusieron de acuerdo para matarlo y eligieron esa manera, con múltiples golpes de puño y patadas, sobre todo a la cabeza”, por lo que aseguró que “no hay posibilidad” de encuadrarlo como “riña o agresión”, tal como intentará demostrar la defensa.
El alegato de Fernando Burlando
Fernando Burlando, abogado de los padres de Fernando Báez Sosa, adhirió esta tarde al pedido de la fiscalía de condenar a prisión perpetua a los ocho acusados del crimen. Sostuvo que “todos” los imputados tuvieron la “voluntad de matar” y planearon una “cacería humana”, mientras que la víctima fue “fusilada a golpes y patadas”.
“La imagen de Fernando de rodillas pidiendo clemencia. Esa es la imagen que para esta representación justifica ni más ni menos el pedido de prisión perpetua para los acusados”, afirmó el letrado del particular damnificado en su exposición.
“Todos, absolutamente todos participaron, todos asesinaron a Fernando. Nuestro reclamo de Justicia ante lo que no dudamos en llamar el suplicio de Fernando, la responsabilidad de quienes fueron sus ocho asesinos, se resume fundamentalmente en dos momentos de salvajismo y de horror”, describió.
“Fernando de rodillas, sus manos en el piso y sin siquiera mirar, porque tal vez entendió que esa mirada podía significar una falta de respeto, levanta su mano y pide clemencia. La respuesta fue una patada a la cabeza, una más y otra más”, indicó Burlando.
Para el letrado, los acusados “tomaron la decisión y mataron” y remarcó: “Hubo voluntad de matar y por eso mataron. Tendieron esa madrugada sobre Fernando un verdadero cerco humano poder actuar sobre seguro”.
“Previamente lo marcaron, lo cercaron, esperaron el momento justo en que se retiran los funcionarios policiales así no tenían ningún tipo de valla, nada que los frene”, señaló. Y continuó: “Una vez rodeado, lo atacaron por diferentes flancos. Aunque el ataque clave fue el que impusieron por detrás y todos, absolutamente todos juntos”.
Para Burlando, los acusados “eran los cazadores y querían su trofeo”.”Los golpes que fueron como disparos, cada golpe era un disparo, cada patada era un tiro”, expresó.
“Luego se abrazaron y comieron. Se llevaron el trofeo y lo celebraron. Lamiéndose las pruebas, la sangre de sus víctimas, advirtiendo al resto de los verdugos ‘de esto no se habla`”, añadió.
El abogado señaló al acusado Máximo Thomsen como “líder de la manada” y quien fue acompañado por “sus obsecuentes”. “Anunció el desenlace con un gesto por demás elocuente: se pasó el dedo por la garganta”, recordó.
“Sabían que habían matado a un joven y, entre alegría y emoción, en algún momento tuvieron la idea de volver a buscar a los amigos de Fernando. Tras semejante acto salvaje, no solamente huyeron de la escena del crimen, sino que además trataron de disfrazar lo ocurrido con una serie de actitudes”, explicó. En ese sentido, recordó la falsa acusación sobre Pablo Ventura, quien se hallaba en Zárate.
Para Burlando hubo premeditación
Da acuerdo al letrado, aproximadamente a las 4.37, los acusados llevaron adelante el ataque contra Fernando, que era su “objetivo desde que tuvo el incidente con Thomsen”.
“Una vez reunidos llevaron adelante el plan, acordando consciente y libremente entre todos matar a Fernando con perversidad reflexiva, contando con el factor sorpresa, producto de la desatención de la víctima”, manifestó.
En otro pasaje de sus casi dos horas de exposición, Burlando precisó que fue “un poco más de siete minutos lo que les llevó delinear y abordar a Fernando esperando el momento oportuno” y que “la voraz carnicería se extendió cincuenta segundos”.
En tanto, recordó lo que declaró en el juicio el testigo Oscar Rossi que le dijo a su hija Julieta, la novia de la víctima: “Les juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fernando. Ni un animal en el medio del campo, ni un cazador para un animal”.
Por último, el abogado valoró el aporte de los jóvenes que declararon como testigos en el juicio, por lo que consideró que “no todo es salvajismo y horror” y que a apuesta a que esa juventud va a “abrir el futuro”.
Finalizado el alegato del letrado, se pasó a un breve cuarto intermedio tras el cual tomaron la palabra los otros dos abogados del particular damnificado, Facundo y Fabián Améndola.
Más tarde, Burlando volvió a repasar las imágenes y fue el encargado de leer uno por uno los nombres de los rugbiers y pedir prisión perpetua en cada caso particular.
Quiénes estuvieron presentes en la sala
Al igual que en las audiencias anteriores, los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, estuvieron presentes. También los ocho imputados juntos a sus padres, quienes ingresaron en la mañana de este miércoles a la sede judicial a bordo de una combi.
Burlando, antes de ingresar a los tribunales de Dolores, había adelantado que en su alegato presentaría un video con las imágenes ya incorporadas a la causa para sostener las acusaciones y dijo que pediría que se investigue por falso testimonio a al menos cuatro personas que declararon en el debate.
Qué son los alegatos en un juicio
Los alegatos son una argumentación que puede ser tanto oral como escrita que se presenta ante un juez o un tribunal en medio de un juicio con el objetivo de poder ponerlos de su parte. Es decir, el alegato es el último recurso que suelen tener los abogados para convencer a quienes dictarán la sentencia de qué sus clientes o defendidos son inocentes o apuntar a que fueron las víctimas de lo que se denunció.
Las últimas palabras, otra de las partes más esperadas en el juicio
Este jueves el abogado de la defensa deberá cerrar los alegatos para demostrar que son inocentes del delito que se les imputa o que refiere a otro tipo de condena, como es el caso de Tomei.
La estrategia esbozada durante el debate oral se basó en demostrar que el crimen del joven estudiante de abogacía fue en el contexto de un “homicidio en riña o agresión”, que según el artículo 95 del Código Penal prevé una pena de entre 2 a 6 años.
También se espera que los ocho imputados utilicen su derecho a las últimas palabras frente a los jueces Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari, al igual que los padres de Fernando, quienes ya confirmaron que desean hacer uso de este derecho. Una vez que finalicen los alegatos, el TOC 1 dará a conocer la fecha de la sentencia, que se prevé que será el 30 o 31 de enero.
Las denominadas “últimas palabras” son una garantía prevista en el artículo 368 del Código Procesal Penal bonaerense, que establece que como último acto, el presidente o la presidenta del tribunal “preguntará a la persona imputada, bajo sanción de nulidad, si tiene algo que manifestar” y luego “cerrará el debate”.
Durante la etapa de pruebas solicitaron declarar Lucas, Luciano y Ciro Pertossi, Máximo Thomsen y Blas Cinalli; mientras que Matías Benicelli, Ayrton Viollaz y Enzo Comelli aptaron por no hacerlo.