Que la realidad supera a la ficción se sabe, como también que hay historias que ni el más osado de los guionistas se atreve a escribir. Las trágicas decisiones detrás de los profundos problemas de salud mental no son nuevos, como tampoco la violencia vicaria, esa que los hombres -generalmente- ejercen sobre sus hijos para dañar a las madres de estos.

El año que culmina tuvo una seguidilla de muertes trágicas signadas por estos dos factores: la salud mental y la violencia machista. Ningún episodio de estas características es menos doloroso, pero cuando las víctimas son menores de edad, incluso niños muy pequeños, la inexplicación aumenta exponencialmente.
En esta oportunidad vamos a repasar 5 de los casos más resonantes, que tuvieron sus tintes de locura, depresión, venganza y la mentira sobre el amor, esa que lleva a cometer actos que nada tienen que ver con el sentimiento más lindo.
“Todo mal, los amo”
21 de mayo. Laura Leguizamón mató a su marido, a sus dos hijos y se suicidó.
El pacífico y tradicional barrio de Villa Crespo se vio sacudido por una masacre familiar. Al principio todo fue confusión y cuando la historia comenzó a desentramarse, los detalles eran cada vez más oscuros.

Laura Leguizamón, de 50 años, mató a su esposo Bernardo Seltzer y a sus dos hijos adolescentes, Ian e Ivo, y luego se suicidó. La mujer los apuñaló y antes de terminar con su propia vida dejó una carta escrita o, mejor dicho, algunas frases sueltas en un papel: “todo mal” y “los amo”, entre otras.
La sangrienta escena fue descubierta por la empleada doméstica. La Justicia considera que se trató de un brote psicótico de Laura, quien tenía problemas de depresión y, de hecho, estaba medicada.
“No te vamos a mendigar más”
2 de junio de 2025, Micaela Lator mató a su hijo Esteban de 6 años que tenía autismo.
La localidad bonaerense de Bosques, en Florencio Varela, quedó atravesada por el dolor y la consternación tras un hecho inexplicable.

Micaela Andrea Lator, una mujer de 47 años, asesinó a su hijo de 6, con un disparo en la cabeza y luego se quitó la vida. Esteban, el pequeño niño, tenía autismo. Horas antes de la decisión fatal había publicado en Facebook que quería “una vida normal” para su hijo.
En la escena se encontró una carta dirigida hacia su esposo. “Ahora vas a poder hacer tu vida, ya no vas a tener que viajar más. Yo solo te pedía un abrazo para Esteban y para mí, un beso a la mañana antes de irte a trabajar. No te pedíamos mucho… No te vamos a mendigar más. Nos vas a recordar toda la vida”, decía el texto.
Trastorno paranoide
4 de junio, Fernando Dellarciprete asesinó a su esposa, a sus hijos y se suicidó
La vida de Fernando Dellarciprete y Rocío Villarreal junto a sus dos pequeños hijos parecía normal. Nadie sabe cómo funcionó la cabeza del hombre para tomar la decisión que, a priori, pareció premeditada.

Dellarciprete apuñaló a Rocío Villarreal en su casa de Tres Arroyos en horas de la mañana y, más tarde, retiró a sus hijos del colegio. Manejo por la ruta con la intención de chocar el auto: el macabro plan no funcionó. Por ello, decidió ahogar a los nenes en un zanjón.
Dejó los cuerpos a la vera de la ruta y se metió campo adentro. En una de las viviendas de la zona pidió prestada un arma de fuego. Estaba desencajado y lo echaron del lugar. Volvió a la ruta y se suicidó arrojándose debajo de un camión.
Más tarde se supo que había sido despedido de su trabajo y había abandonado el tratamiento psiquiátrico. Según trascendió, padecía de trastorno paranoide.
“Te vas, pero sin nada”
5 de agosto, Alejandro Ruffo mató a su hijo Enzo de 8 años e intentó matarse
El vínculo entre Alejandro Ruffo y Natalia Ciak estaba roto. Vivían en Lomas de Zamora junto a su hijo Enzo, de 8 años, pero la mujer había tomado la decisión de irse. Iba a hacerlo ese mismo día.

En la mañana del 5 de agosto, Ruffo la llevó a tomar la combi que la llevaba al trabajo, pero una vez allí hubo cosas que le empezaron a hacer pensar que algo había pasado, por ejemplo, Enzo no le había avisado que llegó a la escuela. Después, su esposo le mandó un terrorífico mensaje: “Hoy te vas, pero te vas sin nada”.
Cuando volvió a su casa, la policía ya había llegado. Ruffo estaba cubierto de sangre y en la habitación yacía Enzo: su padre lo había asfixiado con una almohada e intentó suicidarse con una puñalada en el abdomen. Sobrevivió: estuvo internado y ahora, preso.
Hace poco Natalia habló con la prensa y recordó los alarmantes dibujos que hacía su hijo en el colegio, un claro pedido de ayuda que nadie vio.
“Nos vamos para siempre”
9 de diciembre, Gustavo Suárez mató su hijo Francisco de cuatro años y se suicidó
El otro caso claro de violencia vicaria fue protagonizado por Gustavo Suárez, de 48 años, quien mató a su hijo Francisco de 4, y se suicidió. Dejó una carta dirigida a Daiana, la madre del niño, en la que explícitamente le decía que la decisión estuvo tomada con el objetivo de que ella fuera infeliz el resto de su vida.

El cuerpo de Suárez fue encontrado en la cabina de su camión, cerca de Coronel Suárez, junto al niño, que estaba agonizando. El pequeño murió mientras era atendido en el hospital.
El asesino tenía prohibición de acercamiento, pero la medida se había vencido. Su expareja, Daiana García, pidió la renovación el 7 de noviembre, pero 5 días después el Juzgado de Paz resolvió aplicar un “cese de medidas de perturbación” y autorizó que el menor continuara el contacto con su padre, al considerar que no existía un riesgo extremo. Un mes después, Suárez lo mató.
“Me voy con mi bebé Francisco porque prometí cuidarlo siempre y así lo haré. Él va a estar bien donde quiera que estemos y no en una vida de mierda que le podés dar vos acá”, decía parte de la extensa carta que le dejó.
































