“Trabajar la tolerancia”, la columna de Agustín Artucio Verzeñassi del Azar

En tiempos de grietas y cuestionamientos hacia los demás, el escritor paranaense nos invita a reflexionar sobre la tolerancia como actitud central en la convivencia social.

“Trabajar la tolerancia”, la columna de Agustín Artucio Verzeñassi del Azar
La reflexión dominguera de Agustin Verzeñassi del Azar

En estos últimos días estuve pensando mucho en la intolerancia.

Intolerancia como la incapacidad de una persona para respetar las opiniones, ideas o actitudes de otros cuando no coinciden con las propias.

Si tuviera que describir uno de los mayores retos actuales de nuestra sociedad mencionaría sin dudar el de aprender a tolerar.

Que el otro piense, actúe, viva o se maneje igual que vos.

Que sea diferente, que no comparta tu opinión, que no vea la vida de la misma manera o con el mismo enfoque.

La tolerancia es ser capaz de comprender que no es necesario ser iguales para llevarse bien.

Es ver que a pesar de las diferencias uno puede coincidir.

Estuve dándole vueltas a esa necesidad general de aprender a escuchar más atentamente, a no interrumpir hasta el final, a conceder al otro la posibilidad de disentir sin atacar.

La tolerancia es la clave de la convivencia.

Es fundamental para avanzar como sociedad.

Que poco podemos saber de verdades irrefutables y no somos nadie para imponer a otros lo que deberían sentir u opinar.

Si hay algo que enriquece a la humanidad son las diferencias de cada persona que la integra.

No se trata de pensar igual sino de saber respetar al otro en su totalidad.

De poder decir: no coincido, pero te respeto.

Pues, son las disidencias las que nos potencian.

Las que nos permiten ver la vida desde otra perspectiva.

Y nos llevan a replantearnos y mejorar.

En tiempos como estos, trabajar la tolerancia es de primera necesidad.

Porque es lo único que puede unirnos.

Y unidos es la única manera de salir e imponernos a tanta adversidad.